Un incendio arrasó ayer la carpintería Santano en la calle Bravo Murillo de Villanueva y sembró el pánico entre los vecinos. Se originó a las 17.30 horas y el viento y el intenso calor, sumado a los productos inflamables, dificultaron las tareas de extinción de los bomberos, pero afortunadamente no hubo que lamentar heridos, aunque una vecina fue atendida por un ataque de ansiedad. El incendio provocó el caos en el lugar.

La gravedad del suceso llevó a cortar al tráfico la calle y en Cruz del Río desde donde también trataron de atajar el fuego, que obligó a desplegar un enorme dispositivo de bomberos del parque de Don Benito-Villanueva, de Castuera y Mérida, Policía Nacional y casi toda la plantilla de la local (algunos de descanso se apuntaron de forma voluntaria). También utilizaron un camión cisterna municipal y recursos humanos y materiales de Urbaser. A este operativo se sumaron cientos de vecinos que se agolparon en la calle, inquietos por la inmensidad del fuego, la cercanía a las viviendas --las más próximas fueron desalojadas-- y porque consideraban los medios trasladados insuficientes.

El incendió causó el derrumbe de la nave de la que los vecinos llevaban años quejándose por el peligro que suponía este tipo de negocio rodeado de hogares. De hecho, afectó a las traseras de los pisos con los que colindaba y desde donde trataron de sofocar el incendio. Se entregaron hacía un año y vivían tres familias.

Santano Pino, muy afectado, indicó que estaba en la oficina cuando le avisaron sus trabajadores (tiene 7). "Me he visto negro para salir". Sobre el origen, señaló que no sabía cómo había ocurrido, y recordó que "era el trabajo de toda una vida; tenía terrenos pero la cosa está muy mala para hacer algo. Ha sido en el peor momento". Incapaz de calcular el valor de lo perdido, solo en puertas tenía 4.000.