El hospital comarcal Don Benito-Villanueva hace aguas y los problemas estructurales debido a su antigüedad ya comienzan a ser tristemente habituales.

El último episodio que se conoce hasta la fecha es la avería de una conducción de abastecimiento de agua potable. Se produjo el jueves, justo con el comienzo de los peores días de la ola de calor, y obligó a interrumpir el suministro de agua y a buscar alternativas. Durante cinco días ha abastecido al centro hospitalario una larga manguera que ha transportado el agua potable desde la boca de incendios más cercana, situada en la fachada principal del hospital, hasta el depósito del complejo sanitario.

Según manifestaciones del consejero de Sanidad, José María Vergeles, que reproducía Canal Extremadura Radio en su boletín de la 1 del mediodía, el problema ya había sido resuelto. Sobre esa misma hora la manguera seguía proporcionando agua al hospital. La prueba es que a lo largo de su recorrido podían observarse varios pequeños escapes de agua, por lo que imaginamos que estaría rematándose esa solución.

A pregunta de los periodistas en un acto en Mérida, Vergeles señaló que la avería se había producido en la acometida de agua y que había sido reparada en un «tiempo récord».

Las tuberías afectadas son muy antiguas y de fibrocemento, por lo que si ha habido algún retraso en solucionarlo es porque la normativa exige que los trabajos se hagan con un determinado nivel de especialización, precisó.

ARREGLANDO LA REFRIGERACIÓN / El consejero también informó de que se trabaja en reparar una de las tres torres refrigeración del Hospital de Mérida, una avería que afecta a la primera planta, a maternidad. Vergeles ha pedido disculpas a los usuarios.

Esta avería es solo un problema más de este hospital. Por ejemplo, y debido a la antigüedad del centro, el aire acondicionado está centralizado, es decir, o se activa para todo el hospital o se desactiva; no está compartimentado y por tanto es difícil de regular y adaptarlo a las distintas plantas, que obviamente, unas necesitan más frío que otras, por cuestiones de mayor abundancia de pacientes o de orientación al sol saliente o poniente. Por ese motivo, para algunas plantas, como por ejemplo las de medicina interna, pueda resultar a veces insuficiente y para otras, como es el caso de pediatría, excesivo. En este último caso, los niños pueden perfectamente entrar con una patología y sumar una vez allí otras derivadas de las bajas temperaturas de la climatización. Estériles resultan las quejas al personal con frases como «hace mucho frío» o «el niño y yo hemos tenido que dormir con una manta por el frío». Eso cuando no se opta directamente por tapar la rejilla del aire de la habitación con algún periódico.

También hemos podido conocer por testimonios de familiares de pacientes ingresados allí y corroborar en primera persona la proliferación de cucarachas en algunas estancias del hospital.

En el pasado otoño, el Servicio Extremeño de Salud tuvo que emplear 60.000 euros en la cubierta de este hospital para evitar filtraciones por las lluvias.