"Nuestra intención no es juzgar a los asesinos; ya han sido condenados por la historia. Queremos recordar a las víctimas y lo que pasó en la Guerra Civil para que ningún grupo imponga sus ideas por la fuerza. Rechazamos cualquier violencia, la del alzamiento nacional, y la de ahora, de ETA y Al Qaeda". Son las palabras emocionadas de Antonio Mendoza, una víctima más que con 9 años el 30 de abril de 1939 perdió a su padre, experimentando "el mayor dolor de mi vida". Habló en representación de las víctimas del bando republicano en Don Benito, en la inauguración del monumento Memoria viva , instalado en el cementerio municipal.

Se trata del mismo que se levantara a iniciativa del Partido Comunista en los inicios de la democracia, pero rehabilitado. Unas obras impulsadas por el PSOE de Don Benito y apoyadas por IU, cuyos representantes Francisco Fuentes --secretario general provincial socialista-- y Pedro Escobar --coordinador regional de IU--, estuvieron presentes. El monumento es una pirámide de la vida truncada por la gran pizarra en la que aparecen los nombres de los fallecidos, que cuenta con un espacio libre para incluir las víctimas en paradero desconocido, y las que aparezcan. La pizarra, estela de muerte, choca con un incesante goteo de agua, símbolo de vida. Un emotivo acto al que asistieron hijos, nietos y biznietos de los 70 enterrados en esta fosa común. Una cifra aún sin cerrar que podría superar los 90.

Mendoza expresaba su alegría por el homenaje que acaba con "una losa de silencio que por 40 años ha pesado sobre nosotros", y la confrontación por el dolor de la pérdida. En un acto sencillo en el que se recordó que dieron su vida por los ideales de la libertad y la democracia, los familiares de las víctimas depositaron un centenar de flores en la fosa. En definitiva, un acto para acabar con el olvido porque según Escobar citando a García Márquez: "El final no llega con la muerte sino con el olvido".