Artesanos, plateros, hojalateros, escribanos, cesteros y pintores, pero también burlones, comefuegos, zancudos, cuentacuentos y músicos. Todos tomaron ayer la plaza de España de Don Benito para propiciar una vista atrás a los siglos XIV y XV, en pleno medievo. Una época en la que la ciudad dombenitense experimentó un notable crecimiento demográfico y la localidad crecía alejándose de su primitivo emplazamiento en el barrio de San Sebastián.

Lo cierto es que el mercado medieval, que acoge Don Benito por segunda vez durante este fin de semana, ha vuelto a contar con el respaldo de los ciudadanos, que no dudaron en darse una vuelta para contemplar el material que ofertan unos 60 artesanos.

Variedad

Objetos de cerámica popular, alfarería, grabados, seda, estaño, latón, cuero, marquetería, encuadernación, perfumes, juguetes de madera, marionetas, mimbre, cobre, esmaltes, vidrio, tapices, hojalata, platería, velas de cera, máscaras, alimentos, como dulces de Toledo, miel de la Alcarria, o embutidos castellanos, entre otros. En definitiva, el zoco medieval oferta una variada gama de objetos y productos que, hasta hoy, se pueden contemplar y comprar.

Como actividades complementarias, los más pequeños pudieron, ayer, pasear en burro o aprendieron a tirar con el arco. Hubo teatro de corte circense y de calle, se instaló una haima para tomar té e, incluso, un concierto de música sefardí. El broche a la jornada la puso una cena medieval que tuvo lugar en el patio del salón de plenos y en donde se degustaron platos típicos de la época.