Miles de peces han aparecido muertos en los últimos días en las orillas y ancones del pantano de Orellana la Vieja, única playa de interior que ha obtenido en España la bandera azul, por la calidad de sus aguas y el entorno en el que está ubicada.

Pero pese a lo que podría parecer, y según ha informado el alcalde de la localidad, Pedro José Sanz, "no se trata de un proceso contaminante, que pueda afectar a las aguas para el baño, ya que sólo están muriendo peces pequeños de la especie de los percasoles".

Estas muertes se están produciendo debido a las altas temperaturas del pantano, aseguró el regidor, que se han elevado en unos cinco grados más en estos días de incesante calor.

Además, estas especies se acumulan en las orillas para desovar, donde al ser menor la profundidad del agua, se calienta antes y afecta a los pequeños, que son menos resistentes.

Un equipo de la Confederación Hidrográfica del Guadiana está recogiendo los percasoles con ayuda de empleados municipales, que actúan en la playa, donde se acumula un menor número. Aún así, el alcalde informó que ya casi han cesado por completo las muertes, y que se están recogiendo los que quedan.