Final feliz, aparentemente, para el curioso caso de Zaira Escribano García. Esta joven desapareció en Villanueva de la Serena el sábado por la noche y, después de 36 horas en paradero desconocido, se personó ayer al mediodía en el cuartel de la Guardia Civil de Santa Amalia, para tranquilidad de su familia, que llevaba angustiada casi dos días en su busca. Final feliz con el calificativo de aparentemente porque, aunque la niña ha aparecido sana y salva, su caso va a dejar una profunda huella en sus padres, Juan y Sonia, totalmente abatidos durante sus horas de ausencia y quienes ahora afrontan la dura tarea de recomponer una situación alterada por lo que, supuestamente, ha sido una travesura de su hija.

Juan y Sonia, empleado de la recogida de la basura (él) y trabajadora de una contral futícola (ella), vecinos de la localidad de Ruecas, pasaban el sábado por la noche una velada feliz junto a sus dos hijos, Zaira, la mayor, de 13 años, en difícil fase de la adolescencia, y el pequeño de siete años. Tras haber disfrutado en los cacharritos, la familia se tomó un descanso. Eran las 2 de la madrugada y Juan ordenó a su hija que se acercase a una churrería cercana, en el mismo ferial, y que comprase unos churros, "que ya era hora de regresar a casa". La niña obedeció al padre en lo de ir a comprar churros, pero torció el gesto cuando su padre habló de regresar a Ruecas. La chica se marchó, en principio, a por los churros, pero nada más se supo de ella. Debido a su tardanza, los padres ya comenzaron a preocuparse y removieron, como se suele decir Roma con Santiago para encontrarla tanto en el ferial, como en el botellón, pero sin éxito.

Horas después, denunciaban a la policía su desaparición. Su foto se expandía a todo correr por las redes sociales. La angustia fue sustituida por la alegría cuando sobre las dos de la tarde de ayer la chica, al parecer sola, se personaba en el cuartel de Santa Amalia. Todo ello tras haberse disparado los rumores de que la desaparición era voluntaria para irse con un amigo o novio. Los padres fueron a por ella al cuartel, regresando a casa.