La enfermera Teresa Jordina Moll Ramos, voluntaria de la asamblea local de Cruz Roja en Villanueva de la Serena y que desarrolla parte de su actividad profesional en el Servicio Extremeño de Salud, acaba de regresar de Nepal. Ha sido después de trabajar durante un mes como especialista en la Unidad de Respuesta a Emergencias de Saneamiento Masivo que Cruz Roja desplegó en los distritos de Rasuwa y Nuwakot, tras el terremoto del mes de abril.

Durante este tiempo, Cruz Roja ha construido más de 700 letrinas y ha formado en saneamiento e higiene a más de 12.000 personas para mejorar sus condiciones de vida junto con la Cruz Roja local y la propia población de la zona.

En concreto, el trabajo de Teresa se integraba en un equipo que desarrolla acciones de rehabilitación y construcción de letrinas temporales, sistemas de agua averiados e instalación de otros nuevos, o actividades de promoción de higiene con difusión de mensajes radiofónicos y otros recursos adaptados a las costumbres locales.

La respuesta al terremoto ha movilizado a más de 6.500 voluntarios. Hasta la fecha, 17.600 personas han recibido asistencia sanitaria, 221.000 han recibido refugio de emergencia y a 32.900 se les ha proporcionado servicios de agua, saneamiento y artículos de ayuda no alimentaria. La intervención se está realizando en estrecha coordinación con el Gobierno de Nepal.

El regreso de Teresa Moll se produce en vísperas de la celebración este miércoles del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que en este año 2015 gira en torno a los Héroes Humanitarios; personas de todos los ámbitos de la vida que hacen la diferencia con su labor humanitaria, bajo el lema Inspirando la humanidad del Mundo .

Desde los primeros momentos del desastre, Cruz Roja Extremeña puso sus recursos a disposición de la operación de emergencia e hizo un llamamiento a la sociedad. La Diputación de Cáceres hizo una primera aportación de 4.000 euros y el colegio público de las Vaguadas en Badajoz, otra de 1.100 euros.