Llevan varias semanas en Don Benito, pero tienen su mente en Perú. Las cuatro jóvenes becadas por el programa Don Benito Solidario para participar en el programa Crecer en dignidad, educar en valores en los primeros años , avalado por la asociación CompromiS.O.S., llegaron a España tres días antes del terrible terremoto que sacudió al pueblo peruano. Ahora se debaten entre el deseo de estar en aquel país y contribuir en la reconstrucción o buscar ayuda desde aquí recaudando dinero.

Para recabar fondos, la asociación CompromiS.O.S, está vendiendo artesanía peruana en un mercadillo instalado en la calle Guadámez número 35. "También todos los voluntarios nos hemos llevado objetos para venderlos por nuestra cuenta", cuenta Soledad Gómez, una de las becadas.

No olvida los rostros de los niños que conoció en un barrio marginal de Lima y ha podido contactar con ellos por internet tras el terremoto. En sus comunicaciones, los menores dicen que sólo han sufrido daños materiales.

Once voluntarios

Las cuatro jóvenes becadas formaban parte de un grupo de 11 extremeños que viajaron a Perú para realizar tareas de voluntariado en el programa que dirige el padre claretiano dombenitense Javier Travieso. Su labor se centró en la barriada donde viven los niños apadrinados por los extremeños a través de Proclade Bética y Procura de Misiones.

En Perú fueron monitores de los 60 niños de 7 a 15 años que participaron en el campamento organizado por Travieso en una casa de retiro claretiana en Chaclacayo, a 35 kilómetros de Lima. En su primera semana fueron conociendo a las familias de los pequeños y el entorno de miseria que les rodea.

Soledad cuenta las trágicas historias que se esconden tras sus sonrisas. Muchos, abandonados por sus padres y recogidos por vecinos o familiares; otros, desatendidos por progenitores enganchados a la droga o enfermos de sida; incluso llegan a secuestrar a sus propios hijos para reclamar de la madre un rescate. "Allí todo se mueve por dinero. No hay Seguridad Social; la inseguridad es enorme y la violencia sexual y los malos tratos están a la orden del día". Por eso es importante el dinero que la comunidad claretiana recibe de los apadrinamientos de niños. Es el propio Javier Travieso quien lo administra, cubriendo las necesidades básicas de cada familia.