Villanueva de la Serena recuperó ayer la normalidad después de que la rotura de una tubería general de agua potable a la altura del número 4 en el callejón San Miguel dejara sin agua a media población desde la tarde del miércoles hasta ayer por la mañana. La avería se produjo por el reventón de una tubería de 250 milímetros de fibrocemento, informó Eugenio Serrano, de la empresa Aquagest, adjudicataria del servicio de agua. Explicó que es una circunstancia imprevisible que suele ser habitual en conductos antiguos.

Las dimensiones de la tubería y la presión del agua provocó momentos de nerviosismo entre los vecinos, que veían impotentes como grandes chorros de agua salían desde las grietas de la carretera y las aceras. La fuerza del líquido llegó a levantar algunas baldosas e incluso separó los bordillos de las aceras. Esta situación se prolongó durante algo más de una hora, lo que provocó la indignación de los vecinos. Ayer, más tranquilos, explicaron que representantes de la empresa responsable del servicio no llegaron hasta una hora después, al igual que los bomberos.

MILES DE LITROS Los miles de litros de agua que corrieron por la calle provocó la inundación del sótano de los pisos que hacen esquina con la calle López de Ayala, lo que requirió la intervención de los bomberos. Tampoco dieron abasto para evitar que entrara el agua en la farmacia ubicada justo enfrente de donde se produjo la rotura. Su propietario, Pedro Fernández de los Ríos, indicó, el día después, que primero se escuchó un gran ruido que hizo que su auxiliar y una clienta salieran a la calle. "Fue al abrir las puertas cuando entró todo el agua de golpe". Su farmacia llegó a tener hasta dos dedos de agua, aunque señaló que aparte de la máquina de pesar y de la humedad que ha quedado, no han sufrido muchos daños. No reclamará.

Igual ocurrió con Luisa Pérez, del estanco de la esquina que tampoco ha sufrido daños, pero sí se dio un gran susto. "Salía agua por todas partes, incluso desde las uniones de las paredes con las aceras". Algo en lo que coincidía Victoria Pérez, la dueña de una clínica veterinaria.

Por su parte, Aquagest aclaró que los operarios tardaron en llegar al lugar porque tuvieron que hacer actuaciones previas, entre ellas cerrar una por una las llaves de paso de las calles Ramón y Cajal, San Francisco y Hernán Cortés, y levantar la calle para localizar la avería. Finalmente, el servicio se restableció a última hora de la mañana de ayer.