Los dichos de "chacho", el "¿se quean?", el "ea" y el "conDiós" han sido recogidos en un libro de la catedrática Matilde Martínez, que analiza una investigación realizada hace cincuenta años sobre el léxico de los habitantes de la comarca de Tierra de Barros y su evolución en la segunda mitad del siglo XIX.

El libro "El habla de Almendralejo. Contribución al vocabulario extremeño de la comarca de Barros", recoge, además, aspectos como la entonación de la frase, "muy novedosos en esa época", como apunta el catedrático de la Universidad de Extremadura Antonio Salvador Plans.

Este catedrático destaca el método tradicional seguido en la obra con encuestas dialectales a los habitantes de esta comarca extremeña, realizados por la propia profesora zamorana cuando llegó a Almendralejo en 1956 como profesora.

En ellas la catedrática, que hoy tiene 90 años, destaca cómo en la comarca no existe el leísmo, laísmo, ni loísmo, que, por otra parte, "está muy extendido" en otras zonas de la región.

Sin embargo, sí es habitual el "chacho" en las formas de tratamiento, referido a jóvenes, mientras que en las fórmulas de saludo aparecen expresiones peculiares como "¿se quean?" o "ea" y "apenas se registran los habituales adiós o condiós".

El catedrático, que prologa el libro, fue el encargado de presentar anoche en Almendralejo esta obra, editada por el Centro de Iniciativas Turísticas en colaboración con la Diputación de Badajoz.

El libro describe el vocabulario de la capital de la comarca, Almendralejo, como de "una base castellana, a la que se le incorporan elementos leones, portugueses, andaluces y que aún posee un buen número de arcaísmos".

El libro se enriquece, además, con referencias sociolingüísticas y con un análisis etnográfico, que se completa con dibujos de chozos, sombrajos, arados o instrumentos de trabajo para el campo como la albarda, para terminar con un apéndice de folclore.

En esta primera edición, que ha tardado en ver la luz más de medio siglo, debido a diversas circunstancias, se han publicado 500 ejemplares, aunque la idea del CIT es poder realizar otras ediciones una vez se termine de distribuir de forma gratuita la primera.