Pablo, el niño de 4 años de Almendralejo que padece parálisis cerebral y para el que la ciudad se ha volcado con todo tipo de ayudas, necesita ahora la implicación de una empresa que le ayude a reciclar los tapones de plástico que lleva meses recogiendo en varios lugares, para obtener así el dinero que le ayude a seguir con las terapias que le dan una mejor calidad de vida.

Hasta ahora, una empresa de la ciudad se los recogía, valoraba y pagaba, pero esta empresa ha decidido no seguir con el servicio, lo que ha provocado una situación difícil para la familia, ya no solo por dejar de obtener esos ingresos, también por no tener lugar donde almacenarlos, ya que son decenas de miles los que obtiene.