El termómetro rozó ayer los 40 grados, pero no fue impedimento para que miles de vecinos hicieran largas colas en el santuario de la Piedad para acudir al tradicional besamanos a la patrona, la Virgen de la Piedad, que estuvo durante gran parte de la mañana en su iglesia para recibir a los almendralejenses.

Ataviada con el manto verde oscuro con el que realizó la procesión de subida hasta su santuario, los vecinos fueron llegando y recorrieron el pasillo de la ermita para hacerse la foto clásica del día de la Piedad.

En el recinto ferial, al mediodía, el calor tampoco impidió que cientos de almendralejenses disfrutaran de los platos de caldereta y gazpacho gratis que iban sirviendo, dentro de la caseta municipal, los concejales de la corporación, la reina y damas de las fiestas en la inauguración de la fuente del vino.