Padres de varios alumnos del grupo 4ºC de primaria del colegio San Francisco han emitido un comunicado mostrando su malestar porque Salud Pública no ha considerado todavía que sus hijos han sido «falsos positivos» en las pruebas PCR a las que se sometieron la pasada semana y que ellos han podido demostrar con otros test que arrojan negativos confirmados.

Fue el pasado 13 de marzo cuando se les comunicó a estas familias que sus hijos habían dado positivo por contacto directo con un compañero de clase. Los cuatro casos eran asintomáticos y los padres sospechaban de que las pruebas podían ser erróneas. Las sospechas se confirmaron después de que el cribado general realizado a más de 400 personas entre profesores, alumnos y trabajadores del colegio no arrojara ningún positivo más, máxima después de anunciar que los positivos podían obedecer a la variante británica, que resulta aún más contagiosa.

Antes de este cribado, y ante las sospechas de las familias, decidieron ponerse en contacto con EduCOVID, la unidad de gestión de casos en centros educativos que coordina Salud Pública. Pidieron que les repitieran la prueba a estos cuatro alumnos asintomáticos ante las sospechas indicadas que que podían ser falsos positivos, pero Salud Pública no repitió las pruebas ajustándose a su protocolo y decidió hacer el cribado masivo al colegio entero, cribado que se extendió al conservatorio de música y a Includes por haber alumnos que también pertenecían a estos centros.

HABÍAN COINCIDIDO / Según los padres, los indicios que tenían para pensar que eran falsos positivos eran que los cuatro niños (de 9 años) habían coincidido justo en el momento de las pruebas, el alto número de casos en un mismo aula que no era habitual al estar todos sentados a una distancia de seguridad y el hecho de que estos niños no jugaran juntos en los recreos. Además, también les resultaba raro que siendo positivos de la variante británica, ningún familiar de los niños hubiera dado positivo a posteriori.

Ante todo esto, decidieron hacer las pruebas a nivel privado a sus hijos. Test de antígenos, PCR y serológica. En todos dieron negativos y ninguno había sido contagiado anteriormente.

La preocupación de los padres es que sus hijos aparecen ahora en el listado de positivos y temen que a la hora de vacunarse o posibles nuevos brotes, tengan un tratamiento distinto al resto de personas al ser considerados positivos anteriores, «cuando en realidad no lo han sido», dice Sara Lara, una de las madres. Por ello piden respuestas a Salud Pública, que de momento no se ha puesto en contacto con ellos. Tampoco a este periódico se le ha hecho declaración al respecto.