Mario Lourtau López tiene 44 años e imparte clases de inglés en el instituto Santa Lucía del Trampal, en Alcuéscar. Algunas biografías por Internet le hacen ser nacido en Torrejoncillo, pero realmente nació en Cáceres. «Mi familia es de Torrejoncillo y allí pasé gran parte de la infancia. Pero soy cacereño», aclara. Sus recuerdos de Almendralejo están más ligados al deporte que a la literatura. Fue atleta y compitió varias veces en el Cross del Obrero, haciendo cara al mismísimo Villalobos. Ahora lo recordará de otra manera tras lograr el Premio José de Espronceda a la mejor poesía con su obra ‘El lugar de los dignos’.

Mario es un poeta romántico. Pero no de época, como evoca el premio, sino de sentimiento. «Es una afición bastante arraigada en el tiempo y parece que mi poesía empieza a gustar a la gente», bromea.

Ha publicado ya cinco obras. La última, gracias al premio Espronceda, se la publica editorial Algaidas. En ‘El Lugar de los Dignos’, Mario hace referencia a lugares emocionales, de sensaciones, »y al mismo tiempo que voy recorriendo algunas experiencias personales lo combino con otros poetas que me han influido». Considera que «la poesía nos salva y nos ayuda a salir adelante en ciertos momentos. Nos pasa a todos. Y este libro sigue esa línea de las emociones y de los aspectos de la vida para salir adelante». 

Recientemente, Mario ha recibido en el Museo de las Ciencias del Vino el galardón que le acredita como ganador del premio literario José de Espronceda, donde se impuso a 261 poemarios más y 13 finalistas, logrando también el suculento premio económico de 6.000 euros.

Lourtau reconoce que no escribe por interés económico. «Sería impensable eso en mi trayectoria». Vive atrapado en esa pasión por dar rienda suelta a su imaginación a base de poemas. 

Sobre el mundo del escritor, Mario cree que en España se publican demasiados libros y reconoce que ahora hay un nuevo factor en juego: las redes sociales. «Ahí se está colando todo tipo de escritores y muchos aún no han madurado todavía su escritura. Dan visibilidad a la literatura, pero tienen menos poso que lo que significa un libro físico. O al menos, así lo entiendo yo».

Este escritor extremeño ya logró un Accésit a los prestigiosos premios Adonáis y también se llevo el premio Ruta de la Plata, entre otros galardones. Ahora lucirá también en su palmarés el premio Espronceda, al que ya tiene considerado como uno de sus grandes galardones.