Los sueños y prioridades de cada persona en la vida son libres y subjetivos. Cada cual tiene los suyos. Para muchos usuarios de Includes Almendralejo, tener un trabajo es casi más que todo eso. «Era uno de mis sueños y lo he conseguido», decía ayer Raúl Salguero, un usuario de Includes, de 25 años, que había participado en el programa Crisol para personas con discapacidad y cuyo aprendizaje le ha abierto las puertas de Minusbarros, que le ha ofrecido un contrato para trabajar en la limpieza viaria de la ciudad.
El de Raúl es un ejemplo más del gran reto que persigue Includes Almendralejo con su participación en programas de inserción laboral. «Es prioridad para nosotros desde hace muchos años. Que ellos encuentren un empleo les permite darles un sentido más a sus vidas. Gracias al empuje de los profesionales y el apoyo de las familias decidimos poner en marcha este taller de jardinería en Crisol y creemos que ha sido un éxito para todos», dice Inés Castañón, presidenta de Includes.
Durante nueve meses, 15 usuarios de Includes han estado trabajando en un programa con parte teórica y formación práctica. Fran Puerto, técnico del área de inserción laboral de Includes Almendralejo, explica que estos alumnos se han enfrentado a pruebas teóricas para mejorar sus habilidades sociales y han aprendido técnicas de jardinería en empresas que han colaborado ofreciendo prácticas como Minusbarros, el Club San Marcos, Viveros de Tiza y la residencia Comser.
«Nuestros objetivos es que los chicos se sientan lo más autónomos posible. La inserción laboral les genera bienestar emocional, bienestar en su entorno familiar y social y lograr habilidades para cumplir el sueño de tener ese empleo que buscan», señala Fran. Reconoce también que el hecho de tener que enfrentarse a procesos selectivos por el Sexpe, como cualquier otra persona, «es una experiencia vital que les empodera para cualquier cosa».
Junto a Raúl, otro chico de Almendralejo, José Manuel Carrasco, también ha sido contratado por Minusbarros. No es usuario de Includes, pero sí ha trabajado con la asociación en determinados programas de inserción laboral.
En Crisol, estos usuarios han realizado labores de poda, plantaciones, ordenación de semillas y el aprendizaje del uso de máquinas relacionadas con la jardinería.
José María Galvañ, gerente de Minusbarros, ha comentado que «ha sido un privilegio poder trabajar con estos usuarios». Explica que se han hecho contratos por obras y servicios, pero que la idea es transformarlos en contratos indefinidos «y que puedan estar con nosotros hasta que se jubilen»
Minusbarros, única cooperativa donde el 100% de sus trabajadores tiene alguna discapacidad, sigue creciendo en los últimos años y ya suma más de 80 empleados.