Uno no es de donde nace, sino de donde pace. Es una vieja reflexión del refranero español que casa muy bien con la historia de Alice Michaela Cozma, una joven vecina almendralejense que hace 16 años decidió viajar de Rumanía, su tierra natal, a España buscando un futuro mejor. Y lo encontró en Almendralejo, a base de mucho esfuerzo, coraje, trabajo y una tremenda solidaridad que ha tenido a bien reconocer la Casa Real, que recientemente le condecoraba con la medalla de la Real Orden del Mérito Civil.

«Venir a España fue la mejor decisión que tomé en mi vida». Alice se sincera. Ella conoce bien lo que es pelear por un futuro mejor desde abajo. Se quedó huérfana de madre con apenas 12 años, pero se apoyo siempre en su padre Gica y su hermano Daniel para salir adelante. «Mi padre lo es todo para mí y sus consejos han marcado siempre el rumbo de mi vida. A los 18 años, emprendió camino a España. «Empecé desde abajo, como todos los que venimos de allí. Limpié hogares, cuidé a mayores y trabajaba dónde salía. Luego montamos un negocio, el Bar Europa, por lo que me conoce mucha gente». Por entonces, Alice ya había ingresado en la asamblea de Cruz Roja Extremadura, el lugar que probablemente le cambió la vida.

«Cruz Roja despertó mi interés por la sanidad. Siempre me había gustado, aunque también por mi padre quería ser policía, algo que en Rumanía era casi imposible». Alice dejó el bar y se sacó todos los permisos para conducir ambulancias para comenzar el grado medio en Farmacia y Parafarmacia. Ahora cursa ya tercero de la carrera de Enfermería y trabaja como técnico en una farmacia de Mérida. 

Hace unos días fue recibida en el Palacio de la Zarzuela por toda la familia Real y su majestad el rey Felipe VI, de quien recibió la medalla a la Real Orden del Mérito Civil. «Ha sido increíble todo lo que he vivido. Conocer a la familia Real, ver lo cercano que son todos. He recibido miles de mensajes, pero tengo que dejar claro que esta medalla no es mía, sino de Cruz Roja y de todos mis compañeros. Todos la merecen por igual».

Alice es voluntaria desde 2012 y ejerce como responsable del departamento de Socorro y Emergencias. «Esto es una familia. Es de lo mejor que me ha podido pasar. He aprendido mucho, pero sobre todo me llevo gente en mi vida para siempre. Eso es lo mejor que a uno le puede pasar».

Su madre, seguro, estaría muy orgullosa de Alice. Tanto o más como lo está su padre Gica, que viene a Almendralejo cada Navidad para acompañarla. A ella y a su hermano Dani, que también vive en Almendralejo. Alice se acuerda ahora de aquellos primeros momentos cuando decidió dar el salto a España. «Era normal que al principio lo pasara mal porque dejar tu país y tus amigos e irte a un lugar que no conoces, con un idioma que no dominas y llorar cada noche por mi padre y mis amigos se hacía muy complicado». Hoy en día, todo eso es pasado. España es su casa y su futuro. «Me siento de aquí, pero sobre todo, por la gente maravillosa que me he encontrado en este camino».