En todas las mesas del comedor se ha escuchado alguna vez: “Como la receta tradicional, no hay nada”. Y eso, en tiempos de la creatividad, la invención y la originalidad. Pero cuando hablamos de algo tan puro de la tierra como el ibérico, ahí es mejor no tocar nada. Lo sabe muy bien Francisco Moreno, director gerente de Ibéricos Guroviejo, una empresa familiar de Zafra que ha empezado a crecer como la espuma a través de su secreto: la fabricación de sus propios embutidos de una manera artesanal “y respetando las recetas de mi padre, el creador”, apunta Moreno.

‘Tus productos, nuestras raíces’ esboza el eslogan de una firma que tiene sus instalaciones en Zafra con capacidad para más de 50.000 piezas de jamones y paletas, además de sala de loncheado, de despiece y cocina propia.

Para Francisco Moreno es muy importante respetar los procesos de elaboración artesanal de sus productos, elaborados con ingredientes naturales y exentos de gluten y lactosa. “El proceso de curación de los jamones y las paletas se hace siempre de manera manual, al igual que el salado. Cumplimos de manera rigurosa las normas de calidad”. Un ejemplo, el popular lomo doblado, que es embuchado y atado a mano cuidándolo al detalle en su elaboración.

Como gerente de la empresa lleva Francisco Moreno 12 años, aunque acumula toda una vida ligado al sector de la alimentación. Focalizó en un inicio la venta y distribución por Extremadura y las provincias de Sevilla y Huelva. Más tarde se adentró en la costa mediterránea para llegar a Alicante, Valencia y Murcia. Y, desde el próximo mes, tiene su primer distribuidor en el extranjero, concretamente en Dusseldorf, siendo Alemania el primer país al que llegarán el surtido de Ibéricos Guroviejo.

No obstante, Francisco reconoce que la venta online es hoy día una realidad y por ello también diseñan sus paquetes en su web. “Una de nuestras particularidades es enviar todos los productos en frio para que siempre tengan un buen estado de conservación. Y en menos de 48 horas lo tienes en la mesa”.

Ibéricos Guroviejo está cada día en más platos de salones y comedores. La calidad engancha. Y la receta tradicional del ibérico, mucho más.