Uno de los avances más inmediatos y esperados del proyecto de regadío en Tierra de Barros es la concesión de la declaración de impacto medioambiental, una documentación que ya está completamente formulada y que podría haberse enviado para su publicación inminente en el Diario Oficial de Extremadura. “Mucha gente no es consciente de algunos pasos, pero tramitar una declaración de este tipo conlleva mucho trabajo, por parte de muchas personas, y es un avance fundamental para que un proyecto de esta envergadura pueda tirar hacia adelante”, reconoce Isidro Hurtado.

Desde la Comunidad de Regantes están contentos por los pasos que se siguen dando. Hay que recordar que, recientemente, la consejera Begoña García Bernal estuvo en la inauguración de las nuevas oficinas de la comunidad donde anunció que la licitación de las obras podría producirse a finales del presente año o inicios del 2022 con un presupuesto cercano a los 250 millones de euros. El periodo de adjudicación de una obra de esta magnitud suele oscilar entre los ocho y doce meses, por lo que el arranque de las actuaciones se calcula que podría ser en 2023. El plazo de ejecución calculado es de cuatro años, por lo que si los plazos siguen su cauce el agua debería llegar a las parcelas con normalidad en el año 2027.