Que la pandemia dejó paralizadas muchas actuaciones y proyectos cuando irrumpió en marzo de 2020 es una realidad. Y que los hábitos y costumbres dentro de hogares y trabajos han cambiado, también lo es. La construcción se ha disparado en el último año en España y Almendralejo no es ajena a este boom. Durante el último año, la capital de Tierra de Barros tiene registradas 120 empresas dedicadas al sector de la construcción, según el informe de julio del Instituto de Estadística en Extremadura, que son 30 más que en julio del pasado año. Los números tampoco engañan en la afiliación de trabajadores a la Seguridad Social en el sector de la construcción cuyos datos el pasado verano rondaba los 700, mientras que el informe de julio citado anteriormente indica una subida a los 948 afiliados. 

Razones hay muchas, pero sobre todo han cambiado las formas de vivir. El arquitecto almendralejense Javier Díaz de la Peña, de la empresa A+U, recordaba en este periódico que «el confinamiento nos ha dado otra perspectiva de lo que es una vivienda. Ya no la vemos sólo para pernoctar y almorzar, sino que la contemplamos como un lugar para vivir y, además, que forme parte activa de nuestro ocio». 

De ahí, un boom del número de construcciones y reformas, sobre todo éstas últimas. Más datos. De mayo de 2020 a junio de 2021 se expidieron 81 licencias urbanísticas de obras, 31 más que en el ejercicio anterior y algo más del doble que en el año 2018, cuando se tramitaron 31. Las comunicaciones previas de obras menores también se han multiplicado. Tomando de referencia los mismos plazos, en el último año se tramitaron 237 comunicaciones por las 138 del año anterior. Y también se han expedido más licencias de obras en la vía pública durante los últimos doce meses con un total de 58 por las 42 del año anterior.

Las prioridades han cambiado y ahora la gente demanda viviendas con jardines, patios y espacios exteriores, salones más amplios para hacer otras actividades y más luminosidad. Todo esto conlleva a reformas. Además, hay un boom de personas, parejas o familias que anhelan tener una vivienda en el extrarradio y en Almendralejo, particularmente, ha crecido el interés por residir en la zona de San Marcos.

De hecho, en la ciudad, un grupo de empresarios están desarrollando una nueva unidad urbanística en la zona de más crecimiento de viviendas unifamiliares como es la más próxima a la avenida Rafael Alberti, justo al lado de la carretera Aceuchal.

A este boom de la construcción también ha contribuido las administraciones públicas. Por un lado, reactivando proyectos que tuvieron que ser guardados en el cajón con el confinamiento. Y, seguidamente, aprovechando los diferentes paquetes económicos de ayudas frente a la crisis para reactivar este sector de la construcción.

En Almendralejo, en estas fechas, las obras son protagonistas. Principalmente se lleva la palma la remodelación completa de la plaza de Extremadura que es uno de los grandes proyectos cofinanciado por Europa. En breve, comenzará a realizarse la comisaría de Policía Nacional, la remodelación de la plaza de Abastos o un nuevo plan de asfaltado que afectará a una treintena de calles, por citar algunos ejemplos.

El problema

Pero no todo es color de rosa para las empresas de la construcción. «Faltan peones y oficiales de obra». Es la expresión más repetida por muchos empresarios de este sector que no pueden abarcar más trabajos por la falta de personal. «Muchos prefieren ya trabajar en otras labores, como repartir paquetes, y hay poca formación», dice un empresario del sector. Vaticinan que trabajar en el sector estará muy bien pagado en el futuro, aunque ahora pagan las consecuencias los clientes, que ven retrasados sus proyectos por esa falta de mano de obra. La construcción ha despertado. Y la tendencia es seguir creciendo.