La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo ha expresado su rechazo al borrador de la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) 2023-2027 al considerar que las modificaciones y novedades que contempla perjudican a los intereses de los agricultores de Tierra de Barros, e insta al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, a que eleve las propuestas elaboradas por profesionales del sector agrario al Ministerio de Agricultura para incluirlas en el Plan Estratégico que debe remitirse a Bruselas antes del 31 de diciembre.

La Comunidad de Labradores entiende que España no se puede permitir el lujo de perder más de 4.700 millones de euros con respecto a la actual PAC, lo que supone un 10% menos de presupuesto. Se trata de un dinero que “en estos momentos es más necesario que nunca, si analizamos el incremento de los costes de producción y la caída del precio que percibe el agricultor por su producto”.

Señalan que la Comisión debe proteger la agricultura europea frente a la entrada de productos de terceros países y debe actuar como apoyo a la Europa rural. Los agricultores creen que los sistemas de condicionalidad y ecologización deben flexibilizarse para adaptarse a la situación real de las explotaciones agrarias, y hacer compatible la rentabilidad de los agricultores con la defensa medioambiental. En este sentido, la intención de reducir el uso de fertilizantes al 20% y de fitosanitarios al 50% de cara al año 2030 no les satisface, ya que les ocasionaría pérdida de rentabilidad en las explotaciones.

También reclaman la equipación de la actual región 802 a las regiones como Andalucía, ya que a día de hoy un agricultor extremeño cobra una media de 166 euros por hectárea, mientras que un andaluz puede llegar a los 497 euros por hectárea.

Otra medida planteada es un apoyo decidido al mantenimiento del olivar y a la viña tradicional de secano con ayudas directas a los agricultores, ya que está en clara desventaja con las producciones intensivas o viñas reestructuradas. También se pide una línea de ayudas a la reconversión del olivar tradicional en intensivo o superintensivo.

La Comunidad de Labradores considera urgente la implementación de medidas que corrijan los desequilibrios de los mercados. Para ello, se plantea reforzar el eslabón del productor en la cadena alimentaria y piden que las autoridades competentes velen por el cumplimiento de la ley para conseguir un precio justo por el producto y hacer rentables las explotaciones.

De otro lado, el relevo generacional requiere el desembarco de agricultores en Tierra de Barros para que las explotaciones no sean abandonadas y para ello es fundamental que las ayudas a los jóvenes agricultores sean directas, de fácil aplicación y lo suficientemente atractivas para que el presupuesto destinado a este fin pueda ejecutarse.

Simplificar los trámites burocráticos para el acceso a las ayudas es fundamental, puesto que las novedades que se introducen en la nueva PAC eliminan conceptos actuales e introducen otros nuevos, lo que para el agricultor supondrá también un hándicap hasta que se familiarice con ellos.

La Comunidad de labradores concluye con un llamamiento a los legisladores, tanto autonómicos, estatales como europeos, para que salgan de los despachos y se acerquen a conocer la realidad agronómica de cada zona, porque así podrán redactar directivas y leyes coherentes, realistas y ajustadas a las verdaderas necesidades del agricultor y del mercado.