El nuevo Ortega y Gasset ya está en funcionamiento. Tal y como había planificado la Junta, el centro abrió sus puertas este lunes 10 de enero para hacer efectivo el traslado de la comunidad educativa en un cambio que sigue dividiendo a las familias partidarias del cambio inmediato y a las que preferían haberlo hecho más adelante.

Más de 400 niños conocieron ayer sus nuevas instalaciones con una infraestructura moderna y sofisticada, aunque con detalles aún por pulir. De hecho, algunos profesores y alumnos han dado a conocer ciertas incomodidades en este primer día como la falta de conexión a Internet, a teléfono o la falta de agua en el algunos baños, según las quejas de los padres. 

Desde primera hora de la mañana hubo mucha expectación por conocer cómo sería la entrada al nuevo colegio. Algunos padres están contentos con el cambio, bien sea por el estreno de sus hijos o porque ahora les cae más cerca las clases. Otros, todo lo contrario:«no estamos ilusionados porque nos han obligado a hacer un cambio que no contemplábamos. Ahora nos tenemos que desplazar en coche para traer al niño cuando antes íbamos andando en tres minutos o lo llevaba su abuelo. Nos complica la conciliación familiar y laboral», decía en la misma puerta.

Desde luego, no ha sido un traslado sencillo, ni para unos ni para otros. Ni tan siquiera con una jornada de puertas abiertas que hubo hace tres días. Sigue habiendo un grupo de padres sin entender por qué tantas prisas por el cambio. 

En cuanto al transporte, dos autobuses pagados por el ayuntamiento ante las circunstancias realizaron el traslado con paradas en plaza de San Antonio y plaza de Extremadura. Ha gustado la amplitud de los patios y no tanto la escasez de baños y algunas aulas pequeñas.