Dos años sin la romería de San Marcos al paso por el 25 de abril era casi una eternidad para los almendralejenses de pura cepa. Especialmente porque San Marcos no es una fiesta más. San Marcos es alegría, primavera, familia, amigos, buena sintonía, tradición, costumbres, bailes y cantes, carrozas, el camino y ese momento que une a los almendralejenses por encima de colores, gustos o preferencias. San Marcos es una fiesta del campo y siempre gusta a todos. 

Quizá, por esos dos años con las pañoletas rojas guardadas en el cajón, el ‘Camino’ lució más bonito que nunca con miles de romeros participando de la procesión de traslado del santo desde San Roque hasta su ermita de San Marcos. Acompañó el tiempo, con un sol primaveral en el cielo que se comió en cuestión de minutos el frío mañanero por los senderos. Canciones, sombreros, abrazos, risas. Volver a la normalidad con San Marcos por testigo. Un camino precioso. 

Compartió ese momento la comitiva de A Rúa que lleva una semana en Almendralejo y que con su alcalde Álvaro Fernández a la cabeza acompañó al alcalde José María Ramírez en el camino y a los concejales que participaron del consistorio. «Es un momento para divertirse y compartir ese cariño que nos tenemos los dos pueblos. Estamos emocionados de estar aquí en San Marcos», dijo Álvaro. 

Alcaldes de A Rúa y Almendralejo en San Marcos R.M.

Colorido, algarabía y felicidad en las distintas carrozas que acompañaron por detrás a la procesión, la mayoría de ellas adornadas y engalanadas para la ocasión, pero sobre todo con un ambiente festivo contenido por tantos meses de maldita pandemia.

Tampoco faltó a la cita la agrupación folclórica Tierra de Barros, que esperó la llegada de San Marcos para hacer disfrutar a los presentes con sus tradicionales bailes y la canción más pegadiza de la romería. Amén de la buena organización por parte de los integrantes de la propia Hermanad de San Marcos.

Sin duda, era el San Marcos esperado por todos. El de la normalidad sin restricciones. El San Marcos que celebró una bonita misa en su ermita y que vio como sus vecinos disfrutaron de un día de campo como los de antaño. En definitiva, el San Marcos de siempre. El de toda la vida. El que queremos repetir todos los años. Sin excepción.  

El Camino R.M.