Almendralejo

Sin miedos al autoconsumo

Juan Carlos Marrufo, de BNI Desafío, destapa algunos mitos para saltar a este tipo de inversiones

Juan Carlos Marrufo durante su presentación en BNI Desafío Almendralejo

Juan Carlos Marrufo durante su presentación en BNI Desafío Almendralejo / R.M.

Que el futuro del consumo de la energía pasa por las renovables y por el autoconsumo es una realidad innegable que nadie se atrevería a contradecir. Que, por supuesto, el autoconsumo es la alternativa más rentable para viviendas, edificios y negocios, es otra realidad a la orden del día. Y que, tarde o temprano, todos vamos a tener que marchar en esa dirección, es otro mandamiento capital del futuro. Pero, ¿por qué hay tanto miedo al autoconsumo?

Juan Carlos Marrufo, miembro de BNI Desafío Almendralejo, gerente de la firma Inelma y experto en instalaciones eléctricas, ha presentado ante su grupo empresarial una exposición sobre cómo perder el miedo al autoconsumo. Y la fórmula es más sencilla de lo que parece.

Primeramente, Juan Carlos ha explicado que hay varios tipos de autoconsumo. Uno habitual, conectarse a una red sin excedentes de energía. Otro habitual: que esos excedentes de energía reviertan a tu consumo. Y, por último, instalaciones aisladas de la red central. Importante saber que “todo autoconsumo, necesita conexión a electricidad”. Básico y entendible.

Con esas alternativas en la mesa, lo primero es hacer un estudio personalizado con la ubicación geográfica del inmueble donde se hará la instalación. Es preciso ver el espacio para saber cuántas placas fotovoltaicas se pueden colocar. A más placas, más voltios, mayor autoconsumo. Y es fundamental conocer la orientación del inmueble. Más facilidades para los que tienen una orientación sur 180 grados, “es decir, donde suele dar el sol entre la una y las dos de la tarde”, explica Marrufo.

También es importante conocer el tipo de cubierta o tejado, ya que de ello dependerá la estructura a utilizar en la instalación y eso, encarece o abarata el presupuesto.

Con toda esa información, se puede hacer una instalación. Y ojo, aquí el primer secreto para perder el miedo: “podemos instalar placas en una casa en apenas dos días, sin obras, sin cableados y de forma rápida. Eso parece que la gente no lo sabe”. Se realizan estructuras y anclajes a medida y la instalación va aparejada de una aplicación móvil que puede darle al usuario al instante los niveles de energía consumida y, en caso de generar excedente, qué energía exporta.

El ahorro suele superar el 40% de la energía eléctrica habitual y para las instalaciones suele haber subvenciones que alcanzan una cobertura del 50% del coste.

Levanta la mano un empresario que ha utilizado esta fórmula: “en un año he ahorrado algo más de 1.500 euros de gas y casi dos tercios mensuales de la factura de la luz”. Abrumadora respuesta.

El miedo, desde luego, es libre. Pero lanzarse al mundo del autoconsumo no parece algo tan temeroso.