Más de 5.000 romeros completan el camino de San Marcos en la romería de Almendralejo

La gente tiene ganas de vivir. Más que nunca. Máxime tras la pandemia. Ya se vio el año pasado, pero más claro está quedando en este 2023. San Marcos fue otro ejemplo. Más de 5.000 romeros participaron del Camino de San Marcos en la romería almendralejense, uno de los más multitudinarios de los que se recuerdan, si no el que más. A pie, a caballo y en cada una de las 45 carrozas motorizadas y con animales que salieron temprano de la parroquia de San Roque y tras cubrir el camino tradicional llegaron a los pies de la ermita de San Marcos. El Santo llegó con ellos, aunque cambió de tripulación en mitad del camino. Comenzó siendo tirado, como es tradición, por una mula. Pero el animal, más nervioso que de costumbre, puso un ritmo acelerado que tensó a los participantes y, finalmente, se decidió que fuera llevado a hombros de los romeros. Una curiosidad en mitad de un gran ambiente.

Disfrutó la gente como de costumbre de un desayuno popular de dulces, café y chocolate en San Roque. «No recuerdo tanta gente y son muchos los años que llevo haciendo el camino de San Marcos», decía uno de los romeros más veteranos.

Durante el camino no faltaron ni las canciones populares, ni la bota de vino ni las risas entre amigos y familiares. Si por algo gusta San Marcos a los almendralejenses es, precisamente, por ser una fiesta hecha para unir y compartir durante las 24 horas. 

Una comitiva de A Rúa, encabezada por su alcalde, Álvaro Fernández, también participó de la romería para estrechar lazos del hermanamiento que hay entre la localidad gallega y Almendralejo.

Este año hubo cambio de ubicación para los bailes populares realizados por el grupo folclórico Tierra de Barros justo antes de la misa. Ya no se hicieron en la carretera, sino dentro del recinto de San Marcos.

Fue una misa repleta de emoción y devoción y una jornada donde predominó una agradable temperatura, casi veraniega, pero con una brisa de aire que agradecían los camperos.  

Durante el día, hubo menos gente en el campo puro de San Marcos que lo habitual. Y es que ya, la mayoría de personas, se van a chalés y casas de campo para hacer de este día una jornada de amigos. 

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