Apag Extremadura Asaja y la Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo mantuvieron un encuentro en la reunión sectorial vitivinícola para evaluar el inicio de la campaña de la vendimia de uva y solicitar que se cumplan los contratos con el objetivo de que no se pague a los agricultores por debajo de los costes de producción. Lo hacen en una campaña en la que se espera que la merma de la producción llegue al 25% con respecto a la vendimia del pasado año, según han confirmado ambas asociaciones en una nota de prensa.
Partiendo de una producción en 2022 cercana a los 3,48 millones de hectolitros, con las condiciones meteorológicas registradas este año es probable que la actual campaña de vendimia en 2023 se reduzca hasta los 2,61 millones de hectolitros, condicionado además por las condiciones climáticas que haya durante las próximas semanas.
En esa bajada de la producción se aprecia una reducción de cosecha en uva tinta del 20%, mientras que la reducción en uva blanca podría alcanzar el 30% con respecto al año pasado, a excepción de uva blanca temprana como la parellada y macabeo, que parece que se han adaptado mejor a la climatología.
Las condiciones climáticas también van a provocar que se adelante en torno a dos semanas el inicio de la campaña de la vendimia debido a la falta de lluvias, el pedrisco y las altas temperaturas que han quemado racimos por falta de vegetación.
Desde Apag y la Comunidad de Labradores, teniendo en cuenta la situación actual del mercado de los vinos, principalmente de los blancos con ventas que van en aumento, «consideramos que se dan las condiciones oportunas para que el precio de la uva sea aceptable para el agricultor».
Ambas organizaciones han pedido que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria y que se registren los contratos antes de proceder a la entrega de la uva. «Instamos al nuevo equipo de gobierno regional a que oficialice los costes de producción como venimos pidiendo campaña tras campaña», comentan.
También se les exige a las bodegas que publiquen el precio de la uva antes del inicio de la campaña para evitar incertidumbre en los agricultores, considerando que no debería empezar la cosecha sin saberse el precio al que se vende.
Juan Metidieri, de Apag Extremadura Asaja, recuera que la campaña pasada concluyó con precios «ruinosos» para la uva y espera que esto no vuelva a ocurrir en 2023.