Culpable de asesinato. Este es el veredicto del jurado popular en el juicio contra J. J. V., acusado de matar de una puñalada en el corazón al joven Ismael Iglesias la tarde del 21 de julio del 2017 en la localidad de Monesterio. Tras escuchar la decisión del jurado, el Ministerio Fiscal, que solicitaba 12,5 años de cárcel por homicidio con atenuante de trastorno psíquico, elevó su petición a 15 años de prisión, igualándola a la propuesta por la acusación particular que representa a la familia del fallecido, ejercida por José María Cerón, que mantuvo la solicitud tras escuchar la resolución.

Fernando Fontán, letrado que actúa en nombre de la pareja de la víctima, que fue el único que defendió desde el principio que los hechos eran constitutivos de un delito de asesinato, reiteró su petición de 20 años de prisión para el acusado al no concurrir ni agravantes ni atenuantes. Por su parte, la defensa, en manos de Enrique González Vallejo, mostró su desacuerdo con la decisión del jurado y anunció que presentará un recurso al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), una vez se haga pública la sentencia del magistrado presidente de la Sección Primera de Audiencia Provincial de Badajoz, lo que se prevé para la próxima semana.

Tras más de seis horas de deliberación, los miembros del jurado dieron a conocer su decisión de declarar culpable de asesinato al autor del apuñalamiento a Ismael Iglesias, al considerar probado que el acusado actuó con intención de acabar con la vida de éste último y no en legítima defensa como ha sostenido J. J. V. durante el juicio. También creyeron demostrado que sacó de su bolsillo la navaja con la que hirió de muerte a la víctima cuando ambos estaban frente a frente, sin posibilidad de que esta se defendiera del ataque, y que abandonó el la zona de los hechos esgrimiendo el arma en la mano y amenazando al joven con la idea de volverlo a agredir, algo que impidió su hijo llevándoselo del lugar «a empujones».

Además, el jurado consideró acreditado que cuando ocurrieron los hechos el acusado no tenía sus facultades psíquicas mermadas, ni tampoco anuladas sus capacidades cognitivas y volitivas, así como que no actuó impulsado por «un miedo insuperable» ni el estado de ira y obcecación afectaron a su voluntad.

El abogado Fernando Fontán valoró que el jurado «ha acertado» en su veredicto al considerar que ante la puñalada «mortal» la víctima no tuvo capacidad de defensa y reacción, y, por lo tanto, fue «alevosa».

También José María Cerón alabó el buen hacer del jurado que, según destacó, «ha sido muy participativo» a lo largo del juicio, y cuyo veredicto calificó de «contundente», pues en las votaciones del objeto del veredicto, salvo en una excepción, hubo unanimidad de los miembros en las respuestas.

Por su parte, Enrique González Vallejo reiteró su disconformidad con la resolución del jurado, al entender que no se ha apreciado el atenuante por trastorno mental que inicialmente el Ministerio Fiscal como los forenses habían reconocido, por lo que recurrirá el fallo.