Monesterio, que actualmente cuenta con servicio de pisos tutelados, viene demandando para aquellos mayores que por limitaciones de salud precisan de cuidados y atención, una residencia para personas asistidas. A esta necesidad se le va aponer remedio «en menos de un año», pues, si se cumplen los plazos de ejecución de obras, dotación de equipamiento y forma de gestión, la nueva residencia de mayores, aneja al edificio de los pisos tutelados, podría abrir sus puertas en el verano del 2020.

La solución a esta demanda de infraestructura sociosanitaria llegó de la mano del denominado Plan Aguablanca. La Junta de Extremadura, la Diputación de Badajoz y el propio ayuntamiento comprometieron financiación para un proyecto de algo más de 1,3 millones de euros, cuyas trabajos se iniciaron el pasado febrero. Las obras, que avanzan a buen ritmo, podrían estar acabadas para finales de año. Después llegará la dotación del equipamiento necesario para el funcionamiento de este centro, cuya licitación también incluirá una partida para la adecuación y modernización del equipamiento de los pisos tutelados, con lo que, según las primeras previsiones, los primeros usuarios podrían ingresar a mediados del próximo año.

Por tratarse de un servicio de titularidad municipal, el ayuntamiento, según explica el alcalde, Antonio Garrote, «está estudiando su modelo de gestión». Se barajan dos posibilidades: la gestión directa por parte de la administración local o a través de alguna empresa o cooperativa externa, como los pisos tutelados. La decisión, aún no está tomada, aunque según Garrote, la fórmula vendrá dada en función de «las mejores garantías de servicio y bienestar de los usuarios».

Llegar a este momento «no ha sido fácil». El proyecto ha sufrido numerosas transformaciones. En principio se ideó para usuarios válidos y después para asistidos, aunque el escollo principal siempre fue la financiación, según recordó Garrote.