El Ayuntamiento de Jerez de los Caballeros se suma a la denuncia por la destrucción casi total de la ermita de Santa María de Brovales que tuvo lugar el domingo. La alcaldesa de la localidad, Virgina Borrallo, destacó ayer la reacción inmediata que tuvieron desde su institución a la hora de conocer los hechos e informar de los mismos a la Guardia Civil y a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura con la intención de investigar lo ocurrido y depurar posibles responsabilidades.

El pasado lunes, tanto ella como algunos efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) se desplazaron hasta la finca privada donde se ubica la iglesia de origen visigodo para recabar información e imágenes. El martes, hicieron lo propio técnicos de la Unidad de Protección del Patrimonio de la Junta quienes, acompañados por la responsable de esta área, Manuela Cordobés, evaluaron los desperfectos. Tras comprobar que la edificación solo conserva la puerta de acceso oeste y la espadaña, pusieron los hechos en conocimiento del juzgado para determinar la autoría de la destrucción y las posibles consecuencias que se deriven de la misma.

Borrallo manifestó su pena por no haber podido evitar el daño realizado. Cordobés, por su parte, lamentó este «atropello contra el patrimonio de todos los extremeños» al tiempo que explicaba que, aunque se desconocen los motivos del suceso, hay indicios de unas obras que se estaban acometiendo en la finca privada donde se sitúa el bien patrimonial sin el correspondiente permiso municipal. Es por eso que están investigando la posible relación que pudiera haber con los destrozos que ha sufrido un «edificio singular de interés prioritario» de origen visigodo con elementos de la época templaria y que está protegido por la Ley de Patrimonio de Extremadura.