Aunque poco, o casi nada, tenga que ver esta Semana Santa con la de tiempos pasados, y tras la suspensión de todos los actos durante 2019, Monesterio recupera, tímidamente, y dentro de la norma sanitaria establecida para las celebraciones en los interiores de templos religiosos, algunas de las celebraciones propias de estas fiestas.

El pórtico oficial tuvo lugar tras la misa de Ramos, al mediodía de este domingo, en el templo parroquial, San Pedro Apóstol. La Junta de Cofradías ya tenía designada pregonera para la Semana Santa del año pasado. El pregón de Maruchi Sayago, --persona muy involucrada en la Parroquia y que hasta hace poco ha sido la responsable de Cáritas Parroquial--, tuvo que esperar un año. Sacri Bautista, responsable de la gestora de la Archicofradía Sacramental y Virgen de los Dolores, fue la encargada de presentar a Maruchi, quien ofreció un pregón muy emotivo. En sus palabras, la revisión de una larga etapa de su vida como emigrante, y la calurosa acogida, casi tres décadas después de su marcha, por parte de la comunidad parroquial. Para finalizar, una compasiva oración. Tras el pregón, Sacri Bautista y Fernando Robledo, miembros representantes de la junta de cofradías, entregaron a la pregonera una placa conmemorativa del acto inaugural de la Semana Santa 2021.

Música

MúsicaDurante las últimas dos décadas la banda de música de Monesterio ha sido pieza fundamental de la Semana Santa de Monesterio. Encargada de amenizar los pregones, organizar conciertos y acompañar a las procesiones por las calles de la localidad; este año, ha querido colaborar con la Parroquia, ofreciendo un pequeño concierto de acompañamiento al pregón del Domingo de Ramos.

Ante la imposibilidad sanitaria de juntar en un mismo recinto, al más de medio centenar de músicos que forman parte de esta formación, la banda, Monesterio-Cabeza la Vaca, organizó un sencillo y emotivo acompañamiento musical, bajo la dirección de su titular, Antonio Luis Mimbrero, mediante un septeto de viento, piano y caja. Un emocionante y esperado reencuentro con la música sacra, en la que no faltaron adaptaciones de las populares marchas procesionales, Cristo de las Aguas y Sé siempre nuestra Esperanza, junto a otros temas clásicos adaptados para la ocasión. El director de la formación musical dedicó el concierto “al resto de integrantes de la banda”, para que “muy pronto, también llegue la normalidad a la música”.