De origen mixto, fundamentalmente social, Monesterio ha incrementado considerablemente el número de contagios por covid-19 durante esta primera semana de junio. Han sido casi tres meses de incidencia cero, rotos, tras el final de estado de alarma y la apertura de la movilidad.

A falta de comunicación oficial por parte de las autoridades sanitarias, esta localidad cierra la primera semana de junio con un total de 17 casos, que eleva la incidencia hasta casi los 400 casos por cada 100.000 habitantes. La situación “preocupa considerablemente” a las autoridades municipales, y el alcalde de la localidad, Antonio Garrote, ha señalado, que, dependiendo de la incidencia que se pudiera alcanzar durante el fin de semana, “el ayuntamiento estudia ya, medidas de restricción”, que podrían comenzar a aplicarse a partir de la próxima semana.

Esta situación pandémica ha provocado la comunicación a la Consejería de Educación y Empleo, del inicio de cuarentena en una clase, de Primero, del Colegio de Infantil y Primaria, El Llano, debido al contagio de uno de sus alumnos, con lo que el resto de sus compañeros de aula inician periodo de formación telemática hasta que puedan retomar las clases presenciales.

Cribado

Durante la tarde del jueves, los habitantes de la localidad con edades comprendidas entre los 15 y los 50 años fueron llamados a un cribado masivo, motivado por la alta incidencia de los últimos días. Hasta el Pabellón Multiusos, acudieron un centenar de vecinos de la localidad, con resultado de dos positivos. Estos dos nuevos contagios, se unen a otros tres detectados por la mañana en las pruebas que se realizaron en el Centro de Salud; con lo que al día de hoy, la cifra de contagios se eleva a 17.

En este contexto,  el ayuntamiento de la localidad desea “una pronta recuperación” a todos los vecinos y vecinas contagiados, se pide “la más estricta cuarentena”, para los contactos directos, y se  lanza un mensaje de “responsabilidad”, más aún a las puertas de un nuevo fin de semana, y con la incertidumbre sobre las “medidas que puedan tomar las autoridades sanitarias”, cuyas consecuencias afectarían directamente “a una economía y empleo local, que comenzaban a despegar”.