La asociación de Mujeres Rurales, Sierra de Aguafría, de Monesterio, conmemoró el Día Internacional de la Mujer Rural, con una interesante charla y posterior sesión de dinámicas sobre gimnasia cerebral, impartida por la terapeuta ocupacional, Claudia Manzano, de la clínica de la localidad, Corpore Salud.

 Manoli Bautista, presidenta de este colectivo, fue la encargada de dar la bienvenida a las asistentes y presentar la actividad, que llega, “después de 19 meses de inactividad” por causa de la pandemia. La situación sanitaria permite “retomar” ciertas tareas en el ámbito asociativo, con lo que, “manteniendo todas las medidas necesarias para evitar contagios”, las socias de este colectivo, acudieron al llamamiento de su directiva.

 La presidenta puso en valor la identificación de esta conmemoración internacional: “Es un día para celebrar la importancia de las mujeres que vivimos en los pueblos y somos de los pueblos. A mucha honra”, expresó Manoli Bautista, antes de dar paso a la charla, cuestión principal de esta jornada, que se celebró en la sala de conferencias de la casa de la cultura, contando para ello con la colaboración del ayuntamiento de la localidad. Bautista, finalmente “agradeció” la disposición de la terapeuta para participar en esta actividad, así como la presencia de la concejala de cultura, Dolores Vargas.

Estimulación cerebral

 Claudia Manzano introdujo a las asistentes en la temática del coloquio, con una iniciación sobre el cerebro, su anatomía y su funcionamiento. Sus áreas, las neuronas, los neurotransmisores…, para una vez entendido su funcionamiento, poner en práctica una serie de “estrategias mentales”, con las que comprobar, en primera persona, los límites y las áreas cerebrales más deficitarias. Estas dinámicas se acompañaron de diferentes “habilidades”, que todos podemos utilizar en nuestro día a día, “para aprender a resolver nuestras limitaciones”.

 Este tipo de gimnasia, sostiene la terapeuta, “nos ayuda a fortalecer el cerebro”. Esta serie de ejercicios, nos ayudarán a tener “una vejez activa”, e incluso a prevenir, o a tener el menor tipo de secuelas posibles, ante cualquier enfermedad cerebral.

 Aunque, en la progresiva disfunción cerebral, a medida que nos hacemos mayores, “no existe distinción de género”, Claudia manifiesta que, actualmente, “entre la población adulta mayor, se nota una mayor reserva cognitiva en el hombre, que en la mujer”. Más potente en los varones, por su situación laboral y social, frente a las tareas y “ocupaciones” tradicionales femeninas, que el cerebro “guarda”, a modo de “actividad automática”, durante toda la vida; pero que “no genera reserva cognitiva”. Esta condición, “haría aún más necesaria la estimulación cerebral de la mujer”.