Después de 35 años como maestro, --27 de los cuales ha tenido la responsabilidad de dirigir el colegio de Infantil y Primaria El Llano, de Monesterio--, Antonio Calderón Matitos acaba de jubilarse.

 Docente vocacional, Matitos, como popularmente se le conoce en el pueblo, ha desarrollado su labor profesional, casi de manera exclusiva en Monesterio. Su primer destino fue Madrid. Muy pronto volvió a su tierra. Pasó fugazmente por Badajoz, Usagre y Cabeza la Vaca, hasta recalar de manera definitiva en el colegio público de su localidad natal, hasta el día de su jubilación.

 Si echamos cuentas, miles de alumnos y centenares de maestros y maestras han acompañado a Antonio durante su largo recorrido como docente.  Mucho han cambiado las cosas durante sus casi tres décadas al frente del colegio El Llano: “Momentos gratificantes, y también algunos difíciles, como el actual, debido a la pandemia”, expresa el director. “Me he sentido querido, respetado y valorado”, afirma Antonio Calderón, que se despide de la comunidad educativa con el adeudo de entregarse, “al cien por cien, para conseguir que nuestro centro sea un referente educativo a nivel extremeño”. Propósito “conseguido, gracias al trabajo y al esfuerzo generoso de todos los que nos hemos implicado”.

El director de El Llano en una visita de la consejera de Educación en el año 2.011 Rafa Molina

 Esta labor y el empeño con el que el director clausura su trayectoria profesional han sido reconocidos por la Inspección educativa. Expresamente, el Inspector ha agradecido su “disposición a colaborar”, así como en “hacer que mis funciones como Inspector, las haya podido llevar a cabo con mayor facilidad”, manifiesta Manuel Barrado Sánchez, en un escrito dirigido a Antonio Calderón, en el que además expresa su “reconocimiento” a la trayectoria profesional, y su “agradecimiento” personal.

Antonio Calderón Matitos en una reunión con la AMPA, en el año 2.014 Rafa Molina

Innovación

 De estos casi treinta años de tutela en la educación Infantil y Primaria de Monesterio, el director destaca “el trabajo realizado para proporcionar la mejor educación al alumnado”, así como el impulso en “la innovación, el intercambio de experiencias y la implicación” de toda la comunidad educativa. Especialmente orgulloso se muestra Antonio Calderón, por la consecución de las obras de remodelación integral que se han ejecutado últimamente en este centro educativo: “Instalaciones y espacios dignos para todos, material didáctico y tecnológico puntero, mobiliario moderno…”, con los que ofrecer la educación que se merecen las niñas y niños de Monesterio.

 “Queda atrás el espacio físico del colegio, el lugar que tuvo una puerta abierta para mi vida y al que he dedicado tantas horas”, dice Matitos. En un texto de despedida a sus compañeros, Antonio repasa su día a día: “Las mismas ventanas en los ojos, los mismos patios, las mismas aulas que he visto y oído tantas horas”… “Atrás quedará el desempeño de la labor docente, mis alumnos, las familias y la gestión escolar”.

 Por delante, nuevos retos que afrontar. “Nuevas ilusiones que vivir…, sin abandonar el alma y la experiencia de maestro que llevo dentro”, concluye Antonio Calderón Matitos.