Aunque en las dos últimas décadas la localidad pacense de Monesterio ha estado ligada a la explotación de la mina de Aguablanca, (níquel y cobre), y actualmente el municipio espera con mucha expectación su anunciada reapertura, el subsuelo de este municipio y otros de la comarca, han sido “históricamente” objeto de extracción de minerales. El naturalista, Juan Luis Fernández, acaba de hacer público un interesante trabajo de investigación sobre los minerales existentes en diferentes localidades de la comarca de Tentudía, y las antiguas minas de Monesterio. Yacimientos, catalogados desde el año 1.564.
Hombre de campo, miembro de los equipos de prevención y extinción de incendios forestales, enamorado de su profesión, pero, sobre todo, del medio natural extremeño y particularmente de la fauna y la flora de la comarca de Tentudía, Juan Luis, ha presentado en los estudios de Radio Monesterio una interesante colección de minerales provenientes de antiguas explotaciones mineras asentadas en esta localidad.
“Desde siempre me ha gustado el campo, la investigación y todo lo relacionado con las plantas, los animales, el agua…”. Desde hace muchos años, en sus paseos por el campo ha venido recogiendo “piedras”, que, en principio, le resultaban atractivas por “su forma, o por su brillo”. Esta curiosidad, le ha llevado a almacenar innumerables rocas, --algunas de tamaño muy considerable--, y a indagar sobre su procedencia. Sus estudios están basados en “conversaciones con cazadores, esparragueros, pastores y gente mayor”, hombres de campo, de este territorio, entre ellos, incluso alguno que llegó a trabajar en estas antiguas minas. Algunas de sus investigaciones, nos explica, “aparecen descritas en el Diccionario Madoz”, diccionario geográfico, estadístico e histórico, publicado por Pascual Madoz, entre los años 1.845 y 1.850.
Viejas minas
Según relata Juan Luís Fernández, en 1.564 “se descubrió una explotación de plomo y plata en la zona de Valdezahurdas”, próxima a la actual explotación de Aguablanca, a la cual se accede por la pista que enlaza la pradera de San Isidro, con la localidad de El Real de la Jara. “En 1.569 se registraron otras de cobre, plata y oro”, en el lugar conocido como el Puerto de las Herrerías, denominadas “Minas de la madre de Dios”. A ellas, se unirían otras explotaciones, como la ubicada en la zona de La Cruz del Puerto: “unos dicen que era de uranio, otros, que de hierro y algunos afirman que se extraía plata”. También en la finca ‘Los Bordoneros’, “con más de 200 metros de galerías subterráneas”.
Estas son “solo algunas de las viejas explotaciones mineras” cuyos recursos fueron explotados, en algunos casos, hace mucho tiempo. Se trata de “yacimientos abandonados”, algunos “agotados”, y todos difícilmente visitables, ya que en su mayoría están “anegados o cegados para evitar peligros”, y por ubicarse “en propiedades privadas”; aunque “en sus alrededores existen acopios de mineral”, que revelan la existencia de estas viejas minas.
Colecciones de regalo
Su interés por la geología le ha llevado a recoger y catalogar innumerables muestras de minerales de la zona, y décadas después, a compartir sus conocimientos con quienes “pudieran estar interesados”. Con esta voluntad, Juan Luis Fernández ha regalado colecciones de muestras de minerales al Instituto de Educación Secundaria “Maestro Juan Calero”, de Monesterio, y a los centros educativos de Infantil y Primaria de Montemolín, Pallares y Santa María de Navas. Y lo hace con el único interés de que “las generaciones actuales conozcan la riqueza mineral que posee esta comarca”.