La Semana Santa vuelve a celebrarse con normalidad tras dos años afectada por el covid y lo hace, además, con una gran novedad: el Señor de Alburquerque o Nazareno de Alburquerque, talla del siglo XVII, procesionará por las calles después de 80 años sin hacerlo.

También se recuperarán los actos habituales de la Cuaresma como la Pasión Viviente. El Viernes Santo, un centenar de vecinos de todas las edades darán vida a los distintos personajes que participaron en la pasión y muerte de Jesús. Las murallas del Castillo de Luna se convertirán en la ciudad de Jerusalén gracias a unos escenarios «que consiguen dar una verosimilitud impresionante a estos momentos centrales en la vida de Jesús, los últimos momentos de la vida de un hombre que marcó la historia hace más de 2.000 años. La entrada en Jerusalén, la oración en el huerto de los olivos o la crucifixión son imágenes que el espectador grabará en su retina y no podrá olvidar», indica Mará José González, presidenta de Apavial, la asociacion que organiza este evento.

En cuanto a las procesiones, cabe destacar la del Cristo del Amparo, talla gótica del siglo XIV cargada de motivos medievales que transcurre por las empinadas y sinuosas calles del barrio gótico-judío en un silencio sepulcral solo roto por el sonido de las cadenas y las matracas de los penitentes. A golpe de tambor y de las cadenas arrastradas por los participantes, bajo la luz de las antorchas, esta procesión que ya se celebraba en la villa en la Edad Media es la más singular y una de las más atractivas de esta festividad en Alburquerque. Para el cofrade mayor, Salustiano Bozas, es imprescindible contar con buen tiempo como aliado para su desarrollo: «Las lluvias nos han obligado en alguna ocasión a desarrollar la procesión penitencial en el interior del templo y este año también estamos expectantes, porque el pronóstico es de lluvias durante el Lunes y el Martes Santo».

Para abrir boca, la cofrade María Jalcón dará el pregón este sábado en la iglesia de San Mateo. Posteriormente, habrá un concierto de marchas procesionales a cargo de la banda de música de Alburquerque. Antes se ha estado desarrollando el triduo a la Virgen de los Dolores, que culminó ayer con la celebración de un besamanos en la iglesia de San Mateo.