Agricultores, ganaderos y ciudadanos de varios municipios de la comarca de La Serena se muestran preocupados ante la presencia de focos masivos de langostas. Por ello, instituciones y ganaderos piden al Ejecutivo regional que ayude a controlar la presencia de estos animales perjudiciales para los pastos, el alimento de la cabaña ovina. 

El alcalde de Zarza Capilla, Rubén Muñoz, ha reconocido a este diario que desde hace varios meses la presencia de estos insectos es muy numerosa. "Es más vistoso que otros años, aunque también es cierto que se trata de algo cíclico y que se corresponde con el comportamiento gregario de estos animales”, ha dicho.  

Según ha manifestado el primer edil de esta localidad, están en contacto con la Junta de Extremadura desde el pasado mes de marzo, cuando se les informó acerca de las acciones a tomar ante la presencia de estos animales, que causan estragos al ganado ovino y a las plantaciones de la zona. La Dirección General de Agricultura y Ganadería ha realizado algunos tratamientos fitosanitarios en diversas zonas de la comarca, pero por el momento no parece haber tenido el efecto deseado. 

Eso es de lo que se quejan algunos ganaderos de la comarca que ven cómo sus pastos y ganado se ven afectados por la presencia de estos animales. "Es una plaga que existe desde siempre, pero ahora se ha descontrolado y es una ruina", ha apuntado un ganadero de Cabeza del Buey, quien denuncia que las langostas han arrasado con más de 50 hectáreas de guisantes. 

En ese sentido, denuncia que estos insectos dañan los pastos que deben alimentar a sus animales, lo que les obliga a tener que buscar una suplementación extra para los mismos, es decir, un encarecimiento de los costes de producción. "Si ya de por sí está todo a un precio desorbitado, las langostas nos obligan a hacer un desembolso extra". Todo ello después en una primavera que se estaba desarrollando de manera positiva en términos climatológicos. "De no ser por las langostas habríamos tenido alimento para los animales durante todo el verano, pero lo han arrasado y estamos desesperados", han remarcado desde el sector. 

Pero su masiva presencia no afecta únicamente a los animales, sino que también lo hace con los propios trabajadores de las fincas agroganaderas, a quienes dificulta su correcto desempeño de tareas. Por ello, piden a la Junta que ayude a controlar la presencia de las langostas para evitar un mayor perjuicio económico en las actividades de la zona y evitar también las molestias para la población en general. 

Rubén Muñoz, alcalde de Zarza Capilla, ha apuntado, en otro sentido, que la presencia de estos insectos "no es mayor que en otros años" y ha apostillado que la principal diferencia respecto a años anteriores es que en este 2022 las langostas han tomado una dirección de vuelo distinta, yendo hacia el lugares en las que no es tan habitual o su presencia suele ser menor. 

Además, este año se dan las condiciones climatológicas idóneas para que estos insectos se reproduzcan en mayor medida. Ello, unido a las limitaciones de tratamientos fitosanitarios, sobre todo en tierras de ecológico, hacen un caldo de cultivo perfecto para la proliferación de estos incómodos insectos, que no son dañinos para el ganado, pero perjudican a cultivos de secano como los cereales o el olivar, entre otros. 

Tratamiento de la Junta

La langosta mediterránea puede causar daños muy graves en la agricultura, en especial cuando sufre el fenómeno conocido como gregarización, donde desplazándose decenas de kilómetros podría arrasar cosechas en lugares muy alejados de su lugar de avivamiento. Sus hábitats se localizan en las comarcas de La Serena y los Llanos de Cáceres, Trujillo y Brozas, suponiendo unas 400.000 hectáreas potenciales. 

La campaña de tratamiento por parte de la Junta se organiza en trabajos de prospección y tratamientos. Durante el periodo reproductivo de estos insectos, los prospectores señalan los rodales donde se aprecian concentraciones de langosta realizando la puesta, facilitando así el trabajo del año siguiente, ya que serán los lugares que primero ocuparán los individuos de la próxima generación. Las aplicaciones se realizan en la actualidad por medios terrestres con productos fitosanitarios autorizados para el control de esta plaga, y desde 2020, únicamente con piretroides.