La misionera en Filipinas, Manoli Sánchez Vázquez, ha vuelto a su pueblo natal tres años después de su último viaje a Monesterio. Lo hace para descansar y reencontrarse con familiares y amigos. La religiosa provecha su visita para propagar entre la ciudadanía local el proyecto en el que actualmente trabaja su comunidad, (Servidores del Evangelio), a la vez que para presentar un proyecto para el mantenimiento de su congregación en el país asiático.

“Anunciar el Evangelio y formar misioneros”. Esta es el cometido con el que un grupo formado por dos religiosas españolas y otras dos portuguesas, acompañadas de un sacerdote, viene trabajando en las poblaciones de Malasiqui y San Carlos. Especialmente comprometida con las necesidades de niños y jóvenes, Manoli lleva en Filipinas hace casi seis años. Su trabajo está dirigido especialmente a la población infantil y juvenil. Al contrario que otras comunidades, ellas no tienen hospitales, ni escuelas. Trabajan directamente con la ciudadanía de ese territorio, con el objetivo de “evangelizar y formar misioneros laicos o consagrados”.

Marchó a Filipinas después de pasar por Argentina y Guadalajara. Allí se siente “feliz”, totalmente realizada. “No me cambio, y me gustaría que muchas más personas pudieran descubrir y sentir la alegría que supone servir a los otros, ayudar, amar…”

Hace muchos años, en su periodo de formación, escuchó hablar de aquel país y trasladó a su formadora el deseo de poder viajar hasta allí “algún día”. Pasó el tiempo, y cuando surgió la oportunidad de fundar comunidad en aquel país, (también las tienen en Japón y Corea), le preguntaron si seguía disponible. “Fue la oportunidad de cumplir mi sueño”, narra la religiosa de Monesterio.

La religiosa de Monesterio con un grupo de niños filipinos

La religiosa de Monesterio con un grupo de niños filipinos Cedida

El proyecto

La comunidad vive de la ayuda de los demás. No disponen de ningún tipo de salario. “La labor pastoral no está remunerada”, revela Manoli Sánchez. Si acaso cuentan con aportaciones puntuales que le llegan desde el obispado y otras ayudas de carácter privado, (fundamentalmente procedente de amigos y familiares), con las que sufragar el sostenimiento diario de esta misión.

Ante esta situación el colectivo ha decidido poner en marcha un proyecto de colaboración denominado ‘Apadrina una misionera’. Pretenden, a través de la sensibilidad de la ciudadanía, conseguir el dinero suficiente como para financiar el mantenimiento diario de una misionera en Filipinas, durante un año, con posibilidades de renovarlo hasta cinco.

Manoli Sánchez presentará este proyecto en la Parroquia el próximo jueves a las 19 horas. En visitas anteriores, la religiosa ha recibido donaciones específicas para otras actividades, con lo que la cita del jueves también servirá para mostrar “cómo hemos invertido las aportaciones recibidas desde Monesterio”.

 Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través de la página web www.servidoresdelevangelio.com, o directamente en la cuenta bancaria ES35 0182 2952 0702 0159 3859, indicando como titular de la cuenta, Servidores del Evangelio de la Misericordia de Dios, y como concepto, ‘apadrina misionera Filipinas’.