Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

La Alcazaba se consolida como escenario principal

Almossassa Badajoz cierra con balance positivo y la mirada en el Interés Turístico Nacional

El concejal de Cultura asegura que el ayuntamiento dará el paso en cuanto la normativa lo permita

La lluvia redujo la asistencia y dejó la cifra en entre 80.000 y 90.000 visitantes, por debajo de 2024

Cientos de personas acuden a la inauguración de Almossassa, el pasado viernes.

Cientos de personas acuden a la inauguración de Almossassa, el pasado viernes. / Santi García

Claudia Goyeneche

Claudia Goyeneche

Badajoz

«Apostaremos por el reconocimiento nacional de Almossassa en cuanto sea posible», asegura el concejal de Cultura, José Antonio Casablanca. Lo plantea como un horizonte claro, un objetivo que el ayuntamiento quiere alcanzar en cuanto la normativa lo permita. La fiesta cuenta ya con la declaración de Interés Turístico Regional desde 2017, un reconocimiento que obliga a esperar al menos una década para poder optar al nivel superior. De ahí que, como recuerda el edil, «todavía no han pasado los diez años de la anterior declaración».

Pero antes de mirar hacia el futuro, toca repasar esta edición. El concejal hace un balance positivo, aunque reconoce que la lluvia condicionó la asistencia y que las cifras se quedan por debajo de las de 2024, cuando se alcanzaron los 130.000 visitantes. Las estimaciones iniciales apuntan a entre 80.000 y 90.000 personas, pero lo importante, subraya, es que el público respondió y que el ambiente fue extraordinario. «Estamos muy contentos porque la afluencia ha sido muy buena, sobre todo el sábado por la mañana en la Alcazaba, que estaba a rebosar de familias desde primera hora», destaca.

Ese fue, para él, el momento más especial de la edición. Pese a la amenaza de lluvia, la fortaleza amaneció llena de familias que se acercaron a disfrutar de talleres, juegos y exhibiciones. «Nunca había visto esa imagen desde tan temprano, con tanta gente disfrutando de las actividades. Fue una satisfacción enorme», confiesa.

La decisión de concentrar allí la programación ha coincidido con el 1.150 aniversario de la fundación de la ciudad. Los conciertos, el teatro, los cuentacuentos, un zoco y buena parte de las actividades se trasladaron a la explanada y los jardines de la fortaleza.

Entre las propuestas que mejor acogida tuvieron, como señala el edil, figuran los pasacalles con músicos y los conciertos, aunque en esta ocasión el previsto de música árabe tuvo que suspenderse por la lluvia. Los talleres también fueron protagonistas, especialmente el de indumentaria árabe, en el que se enseñaba a colocarse un turbante y a vestir ropajes inspirados en la época. «Está siendo un éxito y seguiremos potenciándolo para que cada vez más gente se anime a participar», apunta Casablanca.

Aunque todavía son minoría, este año se vio a más personas caracterizadas que en ediciones anteriores. Turbantes, chilabas y otros detalles de estética árabe empezaron a aparecer con mayor frecuencia en las calles y en el propio recinto de la Alcazaba. Para el ayuntamiento, se trata de un paso más hacia la ambientación completa de la fiesta. «Es un trabajo constante, poco a poco la gente va perdiendo el miedo y cada vez se atreven más», explica el concejal.

De cara al futuro, Casablanca confía en mantener el formato estrenado este año en la Alcazaba, a donde han subido el zoco «poco a poco», y en potenciar las propuestas que más éxito han tenido, desde los pasacalles hasta la indumentaria árabe. Y recuerda que, cuando la normativa lo permita, el ayuntamiento pedirá que Almossassa sea reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Ampliación en el entorno

La edición de este año de Almossassa alcanzó una de las cifras más altas de los últimos años: 111 puestos repartidos entre la Alcazaba y su entorno. La ampliación se notó sobre todo en la oferta gastronómica, con más casetas de comida rápida y platos típicos que redujeron las colas habituales en otras ediciones.

El traslado del zoco hacia la fortaleza respondió a varias razones. La celebración del 1.150 aniversario de la fundación de la ciudad animó al ayuntamiento a recuperar la Alcazaba como corazón de la fiesta. Pues fue en la fortaleza donde se fundó la ciudad. A ello se sumó el mayor presupuesto disponible y la imposibilidad de usar la plaza de San José, en obras de pavimentación y red de agua. En Santa María, por su parte, aunque no había trabajos en marcha, el consistorio decidió optar por no instalar puestos y limitarse a la decoración del espacio.

Casablanca asegura que hay margen para seguir creciendo. «Tenemos muchas posibilidades de ampliar en el futuro y lo estudiaremos con la empresa adjudicataria y con los comerciantes», señala el concejal. Entre los planes está que las plazas de San José y Santa María recuperen parte de la actividad en próximas ediciones, una vez resueltas las limitaciones de este año.

No todos conformes

Algunos comerciantes, no obstante, señalaron que entre la plaza Alta y la Alcazaba quedaba un tramo de transición demasiado vacío. El concejal reconoce que es un aspecto a mejorar y que ya se estudian fórmulas para darle más vida. «Hemos hecho pasacalles y actividades que subían por ahí para atraer a la gente, y creo que funcionó porque la afluencia arriba fue mucho mayor de la que esperaba», explicó, aunque admitió que será necesario replantear la disposición de los puestos para que el recorrido no quede como un simple pasillo.

Tracking Pixel Contents