El juicio se celebra este mes en la Audiencia Provincial
El acusado de quemar a dos okupas en el estadio José Pache de Badajoz se enfrenta a 24 años de cárcel
La fiscalía pide que sea condenado por dos delitos de asesinato en grado de tentativa e incendio y que indemnice a las víctimas con 78.000 en en total
La defensa niega los hechos y solicita la absolución

Estado en el que quedó tras el incendio el habitáculo del estadio José Pache en el que vivían los dos heridos. / LA CRÓNICA

24 años de cárcel. Es la pena que solicita la fiscalía para el okupa del viejo estadio José Pache de Badajoz acusado de provocar un incendio la noche del 10 de diciembre de 2023, en el que resultaron heridos críticos por quemaduras e inhalación de humo otros dos hombres de 52 y 58 años, que vivían en un habitáculo contiguo al suyo.
El ministerio público le imputa dos delitos de asesinato en grado de tentativa, en concurso ideal con otro de incendio, y pide que se le impongan 12 años de prisión por cada uno de ellos, al tener en cuenta la atenuante analógica de alteración psíquica. Además, pide una indemnización global de más de 78.000 euros por las lesiones, secuelas y daños morales.
Según el relato de la fiscalía, a hora no determinada, pero antes de las 23.30 horas del 10 de diciembre, el acusado, sirviéndose de un mechero, prendió fuego al colchón que, a modo de puerta, servía para tapar la entrada del habitáculo próximo al suyo, «a sabiendas» de que allí residían dos varones. Uno de ellos se encontraba durmiendo en el interior de la estancia en ese momento, pero el otro, que estaba fuera, observó lo que hizo y apagó las llamas.
Este último se introdujo en el habitáculo y volvió a tapar la entrada -única vía de acceso y salida-, pensando que había extinguido el fuego, pero la combustión permanecía activa y, transcurrido un tiempo, las llamas se reavivaron cuando los dos moradores ya dormían, generando «una gran carga de humo».
Lo despertó el perro
A uno de ellos lo despertó su perro y, al ver que corrían riesgo sus vidas, trató de salir. Pero, según el ministerio público, el acusado, «siendo plenamente consciente» de que los dos hombres estaban en el interior, había colocado sillas y puertas para «apuntalar el colchón e impedir, con el propósito de acabar con sus vidas», la salida de ambos.
El hombre que se había despertado alertado por su mascota consiguió abrirse paso entre el fuego y arrastrar a su compañero hacia la salida, que atravesaron entre llamas.
El relato de las víctimas: «No se veía, nos asfixiábamos; sentimos pánico»
Se debatieron entre la vida y la muerte. Estuvieron meses hospitalizados y tienen secuelas, físicas y emocionales. Diez meses después de los hechos, las dos víctimas del incendio en el estadio de fútbol José Pache, Águedo Carayol González y Alan Pérez Pérez, narraron a LA CRÓNICA cómo recordaban esa noche y lo que sintieron. Uno de ellos rememoraba los hechos como si fuera una película. Fue el quien se despertó y logró arrastrar hasta la puerta a su compañero, salvándole la vida. «Cuando vi el colchón ardiendo no me lo pensé: salimos o morimos», contaba.
««No se veía nada, nos asfixiábamos; sentimos miedo, pánico...». Se quemó quitando los muebles y el colchón que taponaban la entrada del habitáculo. Un policía le dijo que se esperaba, que iban a ayudarlo, pero no lo hizo. Solo le gritó que había otra persona dentro. Su compañero fue rescatado inconsciente y se despertó varios días después en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital de Getafe, pero Águedo aseguraba que recordaba con claridad cómo le llevaron al Hospital Universitario, cómo le cortaron las ropas que llevaba pegadas al cuerpo y, sobre todo, el dolor que sentía. Estuvo consciente cuando lo subieron en camilla al helicóptero que lo trasladó al hospital madrileño. Después, estuvo 13 días en coma.
Tras recibir el alta, ambos regresaron a Badajoz, pero no volvieron a vivir al estadio José Pache. Cada vez que pasan por allí, según contaban, les entraba «rabia». Los dos mostraban su deseo de que se derribaran de una vez por todas las viejas instalaciones deportivas, una actuación que sigue pendiente del procedimiento judicial que inició la Junta de Extremadura para desalojar a los okupas que aún viven entre sus ruinas.
A consecuencia de estos hechos, el primero sufrió quemaduras de primer y segundo grado en la cara, brazos, manos, tórax y espalda, así como intoxicación por inhalación de humo. Su compañero sufrió quemaduras de segundo grado en cara cuello y manos (con una superficie corporal quemada de un 12%).
En ambos casos, las lesiones fueron de carácter muy grave y de no haber recibido asistencia médica, podrían haber fallecido. Los dos fueron trasladados al hospital Universitario y, posteriormente, derivados a la Unidad de Grandes Quemados del Hospital de Getafe (Madrid).
El procesado, según el escrito del ministerio público, presenta trastornos psíquicos y consumo de estupefacientes de años, que suponen "una leve alteración en su capacidad de conocer y un disminución de voluntad de hacer". Asimismo, advierte que tiene conductas que ponen en riesgo su propia persona y a su entorno social.
«Profunda enemistad»
Por su parte, la defensa, en manos de Ildefonso Seller, niega los hechos que se le imputan y atribuye a la «profunda enemistad» que mantenía su representado con las víctimas que lo señalen como responsable del incendio en el que resultaron heridos de gravedad, por lo que solicita su absolución.
El juicio por estos hechos está previsto los próximos días 28 y 29 de octubre en la Audiencia Provincial de Badajoz.
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