Aunque para el calendario el otoño ya empezó hace unos días y a pesar de que las temperaturas parece que se niegan a descender, desde el punto de vista gastronómico ya estamos en pleno otoño. La semana en la que se celebra el Día de Todos los Santos marca el inicio en el consumo de muchos de los productos de temporada.

El recuerdo a los fallecidos y las visitas a los cementerios no están reñido con que las familias se reúnan también en torno a la mesa.

En esas situaciones no pueden faltar productos como las castañas, cuyo consumo se remonta a tradicionales cenas en las que se recordaba a los fallecidos. Aunque también se consumen otros frutos secos como nueces, almendras y avellanas. Se redescubre la calabaza, que muchos ya asocian primero con la fiesta americana de Halloween que como un producto que siempre se ha consumido en esta época.

Se siguen comprando pescados como las sardinas y carnes como la panceta cuando se quiere salir al campo a comer. Y por supuesto no pueden faltar los dulces por excelencia de esta época: los buñuelos de viento y los huesos de santo. No por casualidad, el componente principal de estos últimos es la almendra, un producto que acaba de recogerse en estos días.

EL PERIODICO ha hecho un recorrido por seis establecimientos cacereños. Sus propietarios explican qué se consume en estas fechas. Como se puede comprobar, aunque la sociedad cambia, las tradiciones siguen vivas.