Miguel Rubio Cerrudo nació "en Torreorgaz de toda la vida" y lleva dedicado a la hostelería 35 años. A los 17 se fue a Alemania. Allí trabajó en un hotel como ayudante de cocina. Volvió a los 26. En Cáceres empezó en el bar Gredos, en la avenida de la Bondad, que lo llevaba con sus cuñados, Juan y Antonio. Luego cogieron el Luciano, en El Perú, y después el Rucris, en Santa Joaquina de Vedruna, que estaba entre Coto y Taberna y que era un bar muy de cañas que frecuentaban sobre todo los estudiantes.

Desde hace años Miguel gestiona en la plaza Mayor Farmacia de Guardia, junto a sus hijos Paco y Alfonso. Miguel está a la espera de obtener la licencia para hacer de La Minerva un restaurante y una tapería. La Minerva fue la imprenta más importante de Cáceres, que cerró en el verano de 1999 con 142 años de historia tras de sí.

La Minerva estaba en el 26 de la plaza Mayor y la abrió Castor Moreno. Luego se quedó con ella Regino Moreno. El local conservaba la imagen de aquellos viejos establecimientos de principios de siglo, con su fachada de madera y sus trabajados rótulos. La de La Minerva era una casa muy profunda y estrecha, que daba a Ríos Verdes, calle por la que también tenía salida.

Era una casa de tres plantas, con dos habitaciones a cada lado, con pisos y techos de madera y muchas escaleras. Allí trabajó Alvaro, que ahora tiene su librería en Virgen de la Montaña, los hermanos Julián y José María, ya jubilados, un pariente de los Rodríguez, y el padre de los Valiente, que fue concejal durante la Segunda República y que después montó su propia imprenta en la plazuela del Duque.

Miguel Rubio estuvo ayer en la caseta El Museo. Con sus hijos y con Eduardo El Teeboo , llevan esta caseta y también la Municipal. Ellos se adelantaron al encendido oficial e invitaron a paella, cerveza y rebujito. Fue mucha gente: María José Casado, Carmina, Javier Sevilla y hasta Loncha, que fue consejera de Ibarra. ¿Del Peperío ?: ¡Nadie!, estarán esperando a su sarao , que dicen que es mañana.