La botica más verde de España está en Cáceres, en el número 6 de la avenida Virgen de la Montaña. Matilde Torres Muñoz es la titular de esta farmacia comprometida con la naturaleza, tal y como reconoce el premio que hoy recoge en el Ministerio de Medio Ambiente, convocado por el décimo aniversario de los puntos SIGRE, los puntos de recogida de medicamentos fuera de uso que hay en cualquier establecimiento farmacéutico.

"El punto SIGRE se utiliza en las farmacias para depositar los medicamentos caducados o que no se utilizan", explica Matilde Torres. En su farmacia este punto de reciclaje está a la izquierda del mostrador. Pero no es solo eso lo que les ha hecho merecedores de este premio sin dotación económica. El jurado ha considerado, por unanimidad, que el sistema de tratamiento de los residuos de formulación puesto en marcha por este despacho es "la mejor iniciativa medioambiental" de España, según figura en la carta que hace unos días recibió.

"Me vale con el orgullo de saber que hacemos las cosas bien", recalca la farmacéutica, que destaca la labor de equipo en la que está implicado todo el personal del despacho. La clave es esa gestión de los residuos que persigue reducir al mínimo la contaminación.

La farmacia Muñoz Pereira, tiene una larga trayectoria como precursores, comenzando por que fue la primera regentada por una mujer. La fundó en los años 50 Margarita Muñoz, la madre de Matilde Torres. Ya en el 2005 fue premiada por ser la primera farmacia de España que consiguió la acreditación Medioambiental 14001 de AENOR. Además es la única de Extremadura que lo tiene y la única en Cáceres que tiene un sistema de Calidad implantado.

En ambos casos, lo que se reconoce es que esta farmacia sigue unos procedimientos en los que se controla todo: temperatura de los principios activos, almacenaje y gestión. Y mantener ambos estándares requiere una inversión de entre 400 y 500 euros mensuales, además de mucha burocracia. "Pero decidimos que ya que formulábamos bien queríamos contar con un sistema de calidad que avalara el proceso", recuerda Torres sobre los pasos en la búsqueda de la excelencia.

Trabajo en el laboratorio

"Soy una cocinillas que hago las fórmulas que veo que la industria no puede hacer", señala la titular sobre una de las principales actividades del despacho, la elaboración de fórmulas propias, también para otros establecimientos. Es en esa tarea en la que están aplicando el máximo respeto medioambiental.

Más allá de la delimitación de espacios, el equipamiento y las condiciones de temperatura y humedad que fija la legislación para los laboratorios de las farmacias, ellos fueron un paso más allá, con una medida tan sencilla como eficiente, y ahora también reconocida. "El primer enjuague que hacemos del material utilizado en la formulación, no lo tiramos al desagüe, sino que va a una botella de lo que se llama agua de laboratorio ", explica la farmacéutica. Además, aunque la ley de residuos no habla de segregación de envases, ellos lo hacen tanto con el cristal como con el plástico. En ambos casos, un servicio autorizado se ocupa después de recogerlos. Y por todo eso hoy se premia a la botica Muñoz Pereira.