Frente a la resolución de los mandos de la Guardia Civil declarando "no apto" a un cacereño, el Tribunal Supremo ha declarado el derecho del mismo a serlo. El alto tribunal anula la citada resolución y condena a la Administración a declarar apto a P. M. C., así como también su derecho a acceder a la escala de cabos y guardias, con el empleo de guardia civil.

En la sentencia del Supremo se expone sobre los hechos que, tras superar las pruebas selectivas correspondientes, P. M. C., natural de una localidad de la provincia de Cáceres, fue nombrado alumno de la enseñanza militar de formación para su incorporación a la escala de cabos y guardias de la Guardia Civil. Superó el primer periodo de formación académica y también, según la evaluación de su mando calificador, el periodo de un año de formación práctica, pero a pesar de ello, por resolución del teniente-coronel director de la Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil, se le declaró "no apto".

El afectado esgrimía que esta resolución se había debido a que en la entrevista que mantuvo con él al finalizar su periodo de prácticas, "de apenas 10 minutos de duración", había hecho un comentario sobre los excesivos kilómetros que tenían los vehículos oficiales con los que había prestado los servicios.

Pero para P. M. dicha resolución carecía de "justificación" y era "arbitraría", pues su mando calificador le había dado una puntuación final de 5,31 puntos y, además, durante el periodo de prácticas "fue felicitado personalmente por el propio coronel-jefe de la Comandancia por su "celo y perseverancia policial puesta de manifiesto" con motivo de la detención de dos presuntos autores de un delito de robo con fuerza".

VARIOS RECURSOS Han sido años de lucha, en los que este cacereño ha sufrido varios reveses: primero el de la Administración y después el de Tribunal Superior de Justicia de Valencia --competente por estar en esta comunidad la academia--, pues ambos desestimaron sus recursos, pero que finalmente han dado sus frutos.

El empeño de P. M. A., que no desistió y decidió acudir a las más altas instancias judiciales, y la ayuda de su abogado, el cacereño Vicente Vega, letrado especialista en el campo del derecho militar, ha llevado a este cacereño a demostrar que la resolución del mando militar era "injusta", pues él había superado todas las pruebas exigidas.

Lo reconoce así el Tribunal Supremo, que en su sentencia, de fecha 21 pasado, estima los recursos que P. M. C. presentó contra la resolución de la Subsecretaría de Defensa de 5 de octubre del 2007 y contra la del general jefe de Enseñanza de la Guardia Civil de fecha 26 de julio del 2007, desestimatoria esta de su recurso contra la resolución del teniente coronel interino de la Academia de Guardias y Suboficiales de Ubeda-Baeza de 30 de mayo del 2007.

Todos estos actos administrativos los anula ahora el Supremo "por no ser conformes a Derecho", al tiempo que condena a la Administración a declarar a P. M. C. "apto", y también su derecho a acceder a la escala de cabos y guardias con el empleo de guardia civil. Puntualizando además que será "en el puesto que le corresponda en el escalafón dentro de su promoción y con la antigüedad conferida al resto de los miembros de la misma", así como "al resto de efectos administrativos y económicos favorables que le correspondan desde la fecha a que deberá retrotraerse la antigüedad de su nombramiento como guardia civil".