Un huevo de 176 gramos, casi cuatro veces más de lo que pesa uno normal. Es uno de los más grandes que se ha visto nunca ya que el Récord Guiness está en un huevo de 171 gramos. Este lo ha puesto una de las gallinas de Felipe Jiménez, un cacereño que cría estos animales en su campo de la carretera de Badajoz. En estos momentos tiene 42, aunque en otras ocasiones por su campo han llegado a revolotear más de un centenar. "Las cambio cada dos años. Ahora es cuando menos gallinas tengo. En los próximos meses tengo pensado comprar unas 160", asegura Felipe Jiménez a este diario mientras muestra el enorme huevo que le regaló esa tarde una de sus gallinas.

Dice que no hay ningún secreto para que estos animales lleguen a poner un huevo de esas dimensiones, aunque está seguro de que tendrá que ver la dedicación y el empeño que él pone para que vivan en las mejores condiciones posibles. "Comen pienso e intento ponerles agua templada y que su temperatura sea entre 20 y 22 grados. Así es como mejor ponen. De hecho en verano y en invierno me ponen casi el 100%", explica Felipe Jiménez.

El campo es su hobby desde hace muchos años. Es funcionario de Conyser pero sus ratos libres los pasa en su finca, es su manera de distraerse porque le encanta ir solo. "Tengo gatos, perros ovejas y gallinas de todas las clases", indica. Esta afición se ha convertido también en su modo de vida y, por qué no, en una forma de conseguir ingresos extra. "Vendo muchos huevos entre la gente que conozco. Mi familia y mis compañeros me compran muchos porque están muy buenos".

Y es que, dice, existen muchas diferencias entre comerse un huevo de campo con los que se compran en las tiendas: "Todo es diferente, desde la yema a la clara. El color es diferente pero el sabor todavía más". El que no ha vendido ha sido el huevo récord de 176 gramos. Ese le servirá para hacerle una tortilla a su madre, de la que comerá, sin duda, toda su familia.