Hay quien afirma que nadie, hasta el momento, ha podido superar lo que ellos hicieron, ni en carisma ni en las toneladas de legado musical y sentimental que nos dejaron para la posteridad. En realidad, quizá nada volvió a ser igual en la ciudad. Desde entonces, desde que el grupo se deshizo, la movida cacereña ya no se mueve igual. Hubo un antes y un después de aquel extraño y contagioso fenómeno.

Coup de Soupe, grupo pop con sello especial, sigue vivo en el imaginario de la cultura local. Referencia espiritual de muchos en los 80 y los 90, la banda autora de la genial, evocadora y adelantada a su tiempo Lusitania Express no ha conocido sucesor. Ni siquiera en el espíritu alegre de aquellos tiempos marcados por las cervezas y calimochos --entonces, calimoches-- de los mesones de la plaza y alrededores y de los cubatas de La Madrila.

Aun ahora hay más bandas que entonces, pero la huella que dejaron aquellos tipos no la ha reemplazado nadie. Nadie desde entonces ha tenido su éxito. Ni su carisma, solo discutido en sus tiempos por otros grandes de la música extremeña de su época, La cena está servida.

Como el Guadiana, han reaparecido, se han reeditado temas de aquel espectacular 'Sonetos amorosos portugueses', pero se les ha recordado siempre. Están ahí, latentes. Cualquier conversación sobre la movida cacereña pasa por mentar esta banda y su excelencia.

"El grupo Coup de Soupe es a la Sala Tira y a La Machacona lo que Antón Reixa y Os Resentidos al Areal de Vigo o Alaska y Almodóvar a Malasaña", escribía en 2002 en este periódico José Ramón Alonso de la Torre tras un concierto del grupo en el Gran Teatro. Entonces, el recinto se llenó hasta los topes. Como en sus tiempos. Como en sus mejores tiempos, aquellos en los que algo faltó --se desconoce qué-- para adquirir una fama nacional que sin duda merecían.

Todo distinto

"La movida cacereña, los sansones del Extremeño, las copas en San Blas, la Gata Flora, el Campesino, La Furriona, el Capitol, el Duque, el botellón de la plaza, La Madrila... qué se yo... la juventud en fin. Supongo que ahora los jóvenes cacereños tendrán sus lugares de diversión, no quiero pecar de creer que cualquier tiempo fue mejor, pero a veces, paseando por la otrora bulliciosa plaza Mayor, no puedo evitar pensar que ya nada es lo que era", sostenía ya en el 2009 Antonio Jesús González en el blog El Mirador de Jaralunas.

El autor, efectivamente, relaciona deliciosamente el divertimento de entonces con Coup de Soupe. "Coup de Soupe era un grupo moderno, la voz de su cantante tenía ese toque bandarra que lo hacía singular y diferente, sus estribillos eran originales y pegadizos, incluso a día de hoy me siguen pareciendo una banda moderna, merecían haber tenido mucha más repercusión de la que tuvieron. Todavía me sorprendo cantando cada canción, como si las conociera de toda la vida, como si aquellos botellones quinceañeros, junto al bar La Chicha, aún se estuvieran produciendo".

Juan Carlos Candela ahora es funcionario de la Junta. Era la voz tan particularísima de Coup de Soupe, un grupo cuyo representante era otro clásico de aquella escena, Paco Lobo . El desaparecido Aurelio Pérez , Juan Carlos Martínez , Abelardo Martín , Miguel Gibello , Diego Ariza , Juanjo Narbón , Tomy Berjoyo ... son pura historia --muy viva-- de la música cacereña. Sí, pura historia, pero al mismo tiempo una historia que nadie ha podido continuar con la misma fuerza que transmitieron ellos. ¿Por qué hubo un antes y un después de la desaparición de la escena de Coup de Soupe? Una pregunta, de momento, sin una respuesta lo suficientemente clara.