La primera vez que José María Iglesias vino a Cáceres aún era alumno de la academia militar. Fue en 1986, Santa Ana era un CIR y allí pasó dos meses de prácticas antes de lograr su primer destino, en el regimiento Castilla, del cuartel de La Cañada de Sancha Brava, en Badajoz. Vuelve a Extremadura, tras una dilatada experiencia y varias distinciones, como coronel jefe del Centro de Formación de Tropa (Cefot) número 1 de Cáceres y habla con EL PERIODICO EXTREMADURA de su trayectoria, su visión de ejército, sus proyectos y el futuro del acuartelamiento, en el año que se cumple el 50 aniversario de la instalación del ejército en la ciudad.
--Su currículum incluye operaciones en Bosnia o Líbano y también puestos de despacho.
--Siempre he intentado hacer lo que me apetecía. Mi primer destino fue en Badajoz, en el regimiento Castilla, en el cuartel de La Cañada de Sancha Brava. Fueron años extraordinarios, con muy buen ambiente. Después cambiaron las circunstancias en el regimiento Castilla y me fui a Almería, donde ascendí a capitán. Tuve la suerte de que el regimiento Saboya se trasladaba de Leganés a Badajoz con vacantes. Vi la oportunidad de volver y lo hice.
--Entonces esta es la cuarta vez que recala en Extremadura.
--Si contamos los dos meses de prácticas en Cáceres, sí.
--¿Se siente más cómodo en destinos de mando o de despacho?
--Creo que todos los militares preferimos destinos de mando y de acción. Hay circunstancias y momentos en los que es más difícil, pero creo que donde se disfruta de verdad es en el mando de unidades. En teoría, para eso ingresamos en el ejército.
--¿Y qué tiene de especial un centro de formación?
--Mucho, y más en un centro de formación de tropa. Vienen sin ningún conocimiento de la milicia y estas primeras enseñanzas les van a marcar en el futuro. Lo que vean en estos primeros días determinará el encanto o desencanto con la profesión. Si ven que no se les enseña, que no se les respeta, que son un número más, querrán romper con la profesión en cuanto tengan una oportunidad. Pero si entran y se les transmiten valores y reconocimiento, les marcará de forma muy importante. Lo que tiene que conocer todo soldado lo aprenderá aquí aunque, en según qué unidades, luego lo perfeccionen.
--¿Cómo ha visto el Cefot en el mes que lleva aquí? ¿Qué ánimo hay en los mandos?
--Estoy encantado con todo lo que veo y posiblemente mucho tenga que ver con la labor que han hecho mis predecesores. Una de las primeras cosas que presencié durante la semana de relevo fue el acto de la jura de bandera. Fue brillante. La primera impresión es que hay un equipo humano verdaderamente bueno, muy bueno; entregado, sacrificado y con ganas de hacer las cosas bien.
--Ese equipo ha pasado un año duro, sin soldados y con dudas sobre la viabilidad del centro.
--Se ha pasado un tiempo duro y quizás eso ha hecho que se intenten hacer las cosas aún mejor. Creo que la calidad del personal es extraordinaria, tanto a nivel físico como en la lealtad.
--El pasado octubre volvió a haber tropa ¿Habrá nuevos soldados en el 2014 en el Cefot?
--Sí. Y lo digo en el 99% de posibilidades, porque aún no se ha publicado en el Diario Oficial de Defensa. Pero las noticias que tenemos vienen incluso con número. En un principio, creemos que el 2 de junio, recibiremos más soldados de los que tenemos ahora. El número que nos han dado inicialmente es de 762.
--Entonces hay oferta pública de empleo para este año.
--Sí, la habrá y sabemos que habrá dos convocatorias, si no hay cambios de última hora. Hay un primer llamamiento de unos 1.500 hombres que vienen al Ejército de Tierra. De ellos, está previsto que 762 vengan al Cefot de Cáceres. Y habrá un segundo llamamiento, previsiblemente a finales de año, para octubre, por las fechas que tenemos. De ese aún no hay un número.
--Son buenas perspectivas...
--Sí, las perspectivas son muy buenas ahora mismo para el centro de formación. Seguirá adelante con su misión y con su gente.
--En esos meses sin soldados se barajó que los centros de formación de tropa se reconvirtieran o que albergaran a unidades para darles continuidad.
--Eso lo desconozco. Pero no solo impartiremos la formación para tropa; mantenemos los cursos de cabo y los de técnico militar en seguridad y defensa. Futuro hay, y las perspectivas son muy buenas. Siempre puede haber cambios, pero no es previsible.
--En cuanto a las instalaciones de la base, ¿hay alguna mejora prevista?
--Acabamos de recibir la depuradora que habíamos pedido hace tiempo para solucionar los problemas de vertidos y residuos que ha habido. Eso ya está en funcionamiento. Además tenemos entre las prioridades para este año un problema en los techos de la cocina. Hemos pedido que nos lo arreglen porque hay problemas de humedad y filtraciones. También se va a habilitar una compañía que no se está usando ahora, con el fin de aumentar un poco nuestra capacidad de alojamiento. Los techos están mal y no funciona la calefacción. Nos han aprobado una inversión de cerca de 50.000 euros para ponerla en uso.
--¿Será necesario ese pabellón para el llamamiento previsto?
--No estará listo aún para ese llamamiento y, en todo caso, no será necesario, porque a 762 soldados aún podemos asimilarlos en las instalaciones actuales, que tienen capacidad para 1.000 soldados. Pero en previsión de que pueda haber un llamamiento aún mayor en un futuro, necesitamos más espacios. Con esta obra podemos llegar a albergar hasta 1.200 soldados a la vez.
--¿Se prevé un llamamiento de esas dimensiones?
--El problema es que no tenemos capacidad de decisión sobre la oferta de empleo. Puede ser que la misma oferta salga distribuida en dos o tres convocatorias, o que vengan todos los soldados de golpe porque en algún momento tenga que hacerse así necesariamente. En todo caso, la obra es positiva, porque entendemos que significa que los planes que hay es que el centro siga adelante. Así que las perspectivas son buenas.
--¿Qué objetivos se plantea en su paso por el Cefot?
--Los planes de estudio están muy desarrollados. Pero creo que hay que optimizar al máximo los cuatro meses que están aquí y cuando se hacen planes con objetivos muy amplios, en ocasiones se aprieta poco. Quiero afianzar la instrucción, al menos hasta nivel 'binomio', que es lo que todo soldado debe conocer. Que dos compañeros sean capaces de apoyarse, moverse y actuar juntos. En cuanto al acuartelamiento, quiero potenciarlo y que sea un centro de futuro y de referencia en el que no se plantee su disolución. Que sea, aún más, un centro de referencia en formación de tropa.