Enclavada en el Valle del Jerte, Cabezuela ha crecido desde los 2.129 habitantes que registraba en 2009 hasta los 2.431 del último estudio del INE. En concreto, 302 personas más, una cifra considerable que la aúpan a los primeros puestos del ranking provincial. Y el milagro tiene un nombre: cereza. La fuerte especialización en este cultivo, exportado a medio mundo, ha hecho que un buen número de trabajadores que se desplazaban cada año a la recolección se hayan quedado en Cabezuela, contratados para el cuidado continuo de las fincas.

La cereza es el monocultivo por excelencia del municipio jerteño y siempre está sometida a reconversión, a mejoras... Así lo explica el alcalde, Julián Pérez (Siex). "Por ejemplo, los grandes cerezos han dejado su espacio a otros más pequeños (2-3 metros) que facilitan la recogida del fruto y abaratan los costes", indica. La época de la recolección imprime una actividad frenética al pueblo, con una media de 2-3 trabajadores contratados por cada familia propietaria de las tierras. El sabor de la cereza del Valle del Jerte, muy especial, hace llegar las exportaciones a numerosos mercados, incluso a China, donde se venden frescas y sabrosas.