Los tiempos de vacas flacas han agudizado el éxodo en muchos pueblos de la península. Los jóvenes, incluso familias completas, se han marchado en busca de otras oportunidades. Sin embargo, algunos municipios han podido o han sabido ofrecer alternativas de empleo precisamente cuando el mercado laboral se resiente en todo el territorio nacional, y eso les ha ayudado a aumentar el censo en plena crisis. De los 219 municipios que forman la provincia cacereña, un total de 64 tienen más habitantes que en el año 2009, según las Cifras Oficiales de la Revisión del Padrón que publica anualmente el Instituto Municipal de Estadística (INE). El resto, 155 localidades, han perdido población durante este difícil periodo.

En cabeza se encuentran municipios como Berrocalejo, con un fuerte crecimiento del 27,6% (ha pasado de 105 residentes en el año 2007 hasta 134). Esta localidad, junto con El Gordo (aumenta un 16,8% hasta alcanzar los 395 habitantes) y otras del mismo entorno, han recibido un espaldarazo directo de la construcción y puesta en marcha del lujoso complejo turístico Marina Isla de Valdecañas.

Almaraz también se sitúa en cabeza, con un fuerte crecimiento del 22,1% (de 1.321 a 1.614 habitantes en cuatro años). Otras localidades del entorno de la central como Romangordo y Valdecañas del Tajo registran aumentos del 14,7%y el 23,4%, respectivamente. También Cabezuela del Valle destaca con un +14%, así como Higuera (+14%), Santa Cruz de Paniagua (+11,4%) o Cabañas del Castillo (9,2%).

Respecto a los núcleos de mayor tamaño, todos han elevado su padrón salvo Plasencia, que pierde un 0,2% hasta situarse en 41.047 habitantes. Cáceres aumenta un 3% desde 2009 (ahora suma 95.925 personas censadas), Navalmoral un 0,02% (17.274) y Coria un 0,8% (13.010). Entre los más pequeños, Cachorrila logra crecer de 93 a 98 habitantes, y Ruanes de 67 a 72.