La ciudad vivió ayer la última gran noche de la XXIII edición de Womad. La gente no falló y de nuevo miles de personas abarrotaron la plaza Mayor y San Jorge, provocando, como cada año, una estampa única para despedir una de las fechas más señaladas en el calendario cacereño.

El quinteto Olivenza fue el encargado de abrir la tarde musical de ayer. Raúl Marques, uno de los vocalistas de la banda, adelantaba por la mañana en rueda de prensa lo que sucedería más tarde. "Combinaremos canciones de nuestro último disco con los tradicionales toques de fado habituales de nuestros directos".

Así lo hizo. Olivenza trajo sonidos a caballo entre el folk independiente, el jazz y la canción de autor. Un buen aperitivo para lo que vendría después.

Algo más de veinte minutos tardó la extremeña Chloé Bird en tomar el relevo. Apenas media hora de concierto bastó para descubrir su sello particular, algo adulterado exclusivamente para Womad, como ella misma reconoció horas antes de su actuación. "Dejamos a un lado el carácter intimista que caracteriza mi música para contar con batería, guitarra eléctrica y contrabajo. Queremos que la gente baile un poco más", comentó.

Mientras tanto, en la plaza de San Jorge, los encargados de cerrar la última noche de Womad, Babylon Circus, armaban su taller de música, el único de todo el festival destinado a los adultos. Unos minutos de respiro para la multitud que aguardaba impaciente en la plaza Mayor a que dieran las 21.00. El turno para el continente africano.

Blitz the Ambassador, natural de Ghana, empujó a la gente hacia la primera fila con su potente directo. Fusionó rap con funk, pasando por el jazz y el soul clásico en una actuación que excitó aún más a un público para entonces entregado.

Al cierre de esta edición, Clinton Fearon, uno de los artistas más esperados por el gentío, subía al escenario de San Jorge. "Nunca había estado en Cáceres, es un placer estar en Womad", confesaba en rueda de prensa el viernes. Casi una hora de puro reggae. Fuerte percusión, golpes de guitarra y una voz única son las armas con las que este jamaicano ha dado la vuelta al mundo con su música. ¿Su secreto? "Amo lo que hago", aseguró.

COLOFON Tras Fearon, la banda vallisoletana Arizona Baby eran los encargados de recoger el testigo con su original apuesta por un sonido country-soul, antes de dejar paso a The Correspondents, otro de los grupos bandera del cartel. "Womad es sin duda uno de los mejores escenarios donde hemos tocado. Es bastante grande pero íntimo a la vez", aseguraron los británicos en la mañana de ayer. Lo que define a esta banda es "la mezcla del dance con el rap, el swing e incluso el drum&bass", un compendio de estilos que representan con una puesta en escena muy cuidada, en la que "nos disfrazamos de manera exhuberante".

La de Babylon Circus, programada para la 1.00 horas, era la actuación encargada de poner el colofón a esta nueva edición de Womad que ayer volvió a dejar el listón muy alto. Músicas y culturas de los cinco continentes inundaron un año más la ciudad monumental cacereña que ya espera impaciente a la edición número 24.