Pintar un graffiti en cualquier calzada, acera, muro, puerta, fachada, escaparate, infraestructura, equipamiento, instalación o elemento del mobiliario urbano de Cáceres está prohibido. Así de sencillo. No hay excepciones. Además, las multas se encuentran claramente tipificadas y pueden alcanzar los 3.000 euros por pintada (incluso la menor sanción posible se eleva a 750 euros). Así lo aprenden estos días los escolares cacereños a través de la primera campaña desarrollada en los colegios para poner freno a los graffitis, una "grave" lacra por la "masiva aparición de pintadas". Son palabras del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, creado en 2013, que ha convertido esta lucha en actuación prioritaria a través de un proyecto.

No se trata de amagar a los escolares, sino de presentarles el problema en su conjunto, incluida la intervención de expertos que les abren los ojos sobre el valor del patrimonio que los cacereños han recibido de la historia, y que deben seguir transmitiendo a generaciones futuras. Además, no es solo una cuestión estética. El perjuicio de la imagen que ofrece Cáceres, con su zona comercial tradicional llena de graffitis a la vista de los turistas, "puede afectar a la economía de la ciudad, basada en gran parte en el turismo cultural", subraya el consorcio en la descripción de la campaña.

De hecho, en estos momentos costaría 50.000 euros eliminar todas las pintadas de la zona más afectada, la del comercio tradicional, que coincide con la de mayor afluencia de visitantes (eje Cánovas-plaza Mayor): Pintores, Gran Vía, Paneras, Moret, San Pedro, San Antón, Clavellinas, Ríos Verdes, Obispo Galarza... El problema es que, de no cambiar nada, los graffitis volverían a aparecer. Por ello, el plan estratégico del consorcio, formado por el Gobierno de Extremadura, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Cáceres, consiste en aplicar un triple frente contra las pintadas: eliminación, vigilancia y prevención. Tres medidas que se deben aplicar al mismo tiempo para lograr resultados.

de Cáceres. La información más directa, con proyecciones sobre la situación actual de las fachadas del casco vejo, la legislación aplicable y las repercusiones de ésta, corren a cargo de José Luis Sánchez de la Calle, ingeniero de edificación vinculado al Consorcio Cáceres Ciudad Histórica y responsable del proyecto.

Asimismo, un perito calígrafo judicial, Andrés Jesús Muñoz, ofrece una presentación visual con imágenes sobre el estudio grafológico de las pintadas. La subinspectora de la policía local Isabel Mendoza también expone los cometidos de la jefatura en este sentido. El equipo está coordinado por César García, director técnico del consorcio.

Las charlas-coloquio, orientadas a alumnos, profesores y también padres, tienen dos horas de duración y se desarrollan en seis centros. Están dirigidas, según el caso, a alumnos de 5º y 6º de Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP. Comenzaron el pasado martes en el colegio El Vivero y siguieron el jueves en el IES Norba Caesarina. Las próximas se desarrollarán en el colegio Cervantes (día 13), IES Javier García Téllez (día 15), colegio Licenciados Reunidos (día 20) e IES Hernández Pacheco (día 29).

Un lienzo único

"Entendemos que la prevención es fundamental y que la misma debe ir reforzada con la sensibilización y concienciación de lo que supone vivir en una ciudad declarada Patrimonio Mundial desde 1986", subraya el consorcio en su proyecto. "Pocas son las ciudades del mundo que pueden mostrar este galardón, y pocas las que cuentan en su corazón con una parte vieja de este valor patrimonial e histórico y reconocimiento internacional", prosigue, matizando que el objetivo final de la campaña es "educar a los jóvenes cacereños en el respeto de la ciudad en la que viven".

Además, la existencia tan generalizada de pintadas sobre las fachadas de los edificios de Cáceres y del propio mobiliario urbano "se agrava" cuando estos hechos se repiten en "gran parte" del casco viejo. "Su fuerte impacto visual y la repercusión negativa en la imagen que se llevan los muchos viajeros que nos visitan, pueden afectar al sector turístico de Cáceres", reitera el consorcio en el proyecto, insistiendo en la conveniencia de concienciar desde las aulas.

De hecho, la eliminación de pintadas y graffitis de los edificios públicos le cuesta en torno a 60.000 euros cada año al Ayuntamiento de Cáceres. A ello habría que añadir los costes que también supone para los propietarios de edificios, comercios y otros negocios. La campaña quiere echar borrón y cuenta nueva, eso sí, con la necesaria colaboración ciudadana.

Vigilancia y análisis

La primera ya se está realizando mediante contactos con los titulares de los inmuebles afectados para que procedan a su limpieza y estudiar procedimientos de ayuda. De hecho, han sido eliminados los graffitis del Colegio Notarial (calle Camberos), el edificio de Las Chicuelas (calle San Antón), el edificio situado enfrente propiedad de la Iglesia, el Gran Teatro... Esta primera medida se complementa necesariamente con la segunda: la vigilancia por parte de la policía local y la aplicación de las infracciones y sanciones que contempla la Ordenanza de la Convivencia Ciudadana.

En este sentido, la concejala de Urbanismo, María Eugenia García, ha anunciado que se llevarán a cabo pruebas periciales basadas en la "caligrafía de las pintadas" para identificar a los autores e imponerles la sanción correspondiente por daños.

El tercer ariete contra los graffitis es novedoso e incluye un objetivo importante de permanencia en el tiempo. Se trata de impartir conferencias muy didácticas, a la medida de los chavales, para informarles de los auténticos perjuicios que producen las pintadas y grafismos indiscriminados a los que está sometida la ciudad (mala imagen, gastos de vecinos e instituciones...) y del valor de los edificios cacereños.

Denominada 'Prevención y sensibilización en las aulas acerca de los daños de las pintadas graffiti en las fachadas de los edificios de Cáceres' , la campaña escolar acaba de iniciarse esta semana e incluye la participación de varios profesionales en colegios e institutos. Por un lado, el arqueólogo José Antonio Estévez y la historiadora Fernanda González Fernández explican a los alumnos el valor histórico-patrimonial y arqueológico de la ciudad histórica