Las obras de rehabilitación del Seminario Diocesano de Cáceres llegan a su ecuador. Ya se ha alcanzado el 50% del total del proceso de reforma y las tareas se desarrollan según el tiempo previsto. Se espera que las actuaciones concluyan a finales del próximo año para inaugurarlo a comienzos del 2017. El Obispado y el arquitecto responsable han permitido a este diario acceder al interior del inmueble.

El proyecto estableció la actuación en tres fases con una inversión de más de 4 millones de euros. El edificio, que recientemente ha cumplido seis décadas, se vació en 2013 para ser sometido a una de las reformas más ambiciosas hasta el momento: la modernización de las instalaciones que se quedaron obsoletas. La tercera fase, en la que trabajan actualmente los técnicos, durará como máximo dos años más. El obispado ejecutó las dos primeras antes de 2014, una presupuestada en 230.000 euros que introdujo en el inmueble un nuevo sistema de geotermia, y otra de 160.000 que permitió demoler la tabiquería interior.

El comité de obra, presidido por el obispo, evalúa continuamente el avance de los trabajos y según señala Jesús Luis Viñas, delegado de comunicación de la diócesis, la última visita se realizó a principios de julio y pudieron comprobar que "las obras van a buen ritmo", afirma.

Tras colocar el saneamiento interior y exterior, construir la sala donde irá la maquinaria de climatización y el silo de biomasa en la parte posterior, ahora toca la distribución del interior del edificio. Las actuaciones más importantes, que todavía no se han desarrollado, abarcan el tercer y cuarto piso: tabicar las dos plantas, preparar las instalaciones y acometer las tareas correspondientes a la climatización, con la colocación del suelo radiante, que permite trabajar con temperaturas más bajas que los radiadores de pared. Para mejorar el aislamiento se cambiará la carpintería de puertas y ventanas.

El objetivo primordial de estos trabajos es adaptar el seminario a la ley de accesibilidad y convertirlo en un espacio visitable.

NOVEDADES La función principal del edificio seguirá siendo la formación de los seminaristas, pero la intención es que este gran espacio con sus fondos históricos se abra a la ciudadanía. La Biblioteca de Filosofía y Teología tendrá acceso desde la avenida Héroes de Baler, a través de una entrada por la fachada posterior. También se potenciará el Archivo Histórico Diocesano, que incorporará una sala de investigadores, y se asociará al fondo bibliográfico del mismo seminario, que cuenta con unos 40.000 volúmenes. Los salones de actos se pondrán a disposición de los colectivos para promover convivencias y encuentros. La distribución del inmueble quedará de la siguiente manera: en la planta a nivel de calle se crearán dos nuevas aulas, que se sumarán a las dos que ya existían, destinadas a los seminaristas y a otras acciones formativas. Se mantendrá la sala Carolina Coronado y se creará una segunda sala polivalente.

La segunda y parte de la tercera planta se habilitarán para la vida de los seminaristas. La otra parte se destinará a la creación de viviendas para sacerdotes. Po-